Disclaimer

Nombres y personajes de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer (menos los que no salieron en la saga original). Lo único mio es la historia que va uniendo a tan maravillosos personajes.
Esto es un homenaje a una de mis sagas favoritas, sin fines de lucro, por mera distracción.

viernes, 27 de marzo de 2009

LA NOCHE MÁS LARGA



El aroma de la sangre envolvía el ambiente, embriagando mis sentidos, nublando mi mente. Aspiré profundamente, dejando que su particular olor llenara mis pulmones. Literalmente, la boca se me hacia agua por saborear la sangre de alguno de aquellos humanos; la bestia por fin empezaba a controlarme.
Frenéticamente busqué con la mirada alguna presa, puesto que los demás vampiros ya habían empezado el siniestro festín. Miré a un lado y a otro, empezando a desesperarme, sintiendo que la sed iba haciéndose cada vez más insoportable, más dolorosa.
Por fin, al fondo del salón, medio escondido atrás de los tronos de madera, había un hombre.
Es mío” pensé con ansia y me lancé por él. No estaba dispuesta a dejar que alguien me quitara a mi presa, si era necesario iba a luchar encarnizadamente por él, sin importar si era contra uno o veinte vampiros más.
Me abrí paso entre la masa de cuerpos humanos y de vampiros a base de empujones y codazos: Tenía que llegar hasta el humano, tenía que atraparlo antes de que alguien más lo hiciera.
Es mío, es mío” era la única frase que repetía una y otra vez mi mente. No me digné a mirar a nadie más, no me importaba lo que pudieran estar haciendo en esos precisos momentos Apolo, Aro o cualquier otro; mis oídos se habían vuelto sordos a los gritos de terror y súplica, era como si la habitación se hubiera quedado completamente a oscuras y un potente reflector alumbrara únicamente al hombrecito que se iba a convertir en mi victima.
El hombre estaba agachado contra uno de los costados del trono que estaba a la izquierda, justo donde Marco antes había estado sentado; estaba en cuclillas, abrazando sus rodillas con sus brazos mientras su cuerpo temblaba descontroladamente. Sus ojos estaban abiertos como platos, llenos de terror e incredulidad por la cruda escena que se desarrollaba ante él.
Sonreí con crueldad; la sangre olía mucho mejor cuando iba cargada de un torrente de adrenalina.
El hombre pareció percatarse de mi presencia, pues giró su vista hasta posarse en mi rostro. A pesar de su miedo, pude notar que sus pupilas se habían dilatado, señal de que me encontraba atractiva; sonreí nuevamente, disfrazando la malicia con una mueca seductora. Había un mito que decía que las serpientes eran capaces de hipnotizar a sus presas antes de devorarlas; sonreí al recordarlo, pues de pronto me sentí como una impresionante áspid egipcia a punto de merendarse a un indefenso ratoncito.
–Ven, no temas… –le dije con voz grave mientras extendía una mano hacia él –Todo está bien, nada malo va a pasar… –“O por lo menos para mi” pensé.
El hombre, todavía como hipnotizado, me dio su mano y con un ligero movimiento lo urgí a ponerse de pié y acercarse a mi. Mi víctima era un hombre de estatura media que aparentaba unos cincuenta años, cabello castaño algo ondulado pero empezando a escasear en algunas partes; tenía unos ojos marrón oscuro que parecían estar cargados de bastante sabiduría.
–Ven –insistí mientras lo acercaba más a mi. Acerqué mi nariz hasta ese punto en que se unen el cuello y el pecho, justo donde se puede percibir el ritmo que marca el corazón; aspiré el aroma de su sangre, me deleité con los rápidos latidos de su corazón y sin pensarlo demasiado abrí mi boca y clavé mis filosos colmillos en su piel.
–¡Carleees! ¡Noooooooooooo! –gritó horrorizada una mujer en algún lugar del salón, justo cuando las primeras gotas de sangre entraron en contacto con mi lengua, provocando un shock en mí.
Carles… Charles… Charlie…”
El rostro de un hombre de ojos marrones, mirada dulce y sonrisa confiada vino a mi mente.
“–Abuelo, te quiero…
–Y yo a ti, mi cielo, mi preciosa Nessie
.”
Me separé del hombre dándole un fuerte empujón que lo dejó tendido sobre el rugoso suelo, lanzándome una mirada sorprendida.
–¡No! ¡Dios, no! –grité frenéticamente, mientras me limpiaba furiosamente los labios con el dorso de la mano derecha. Miré mi mano, donde una nítida mancha roja se extendía tanto por la palma como por el anverso de ésta y en un impulso, traté de limpiarla con la tela de mi vestido; miré horroriza al pobre humano y vi en su expresión un reflejo de la mía: terror, miedo, asco, confusión. Toda una gama de sentimientos que recorrían mi cuerpo a velocidad de a luz. –Perdón, perdón… –pronuncié con una voz tan débil, tan aterrada que no reconocí como la mía.
Empecé a caminar hacia atrás, tenía que alejarme de él, de su rostro desfigurado, lívido por el miedo.
Abuelo, te quiero
¿Ese recuerdo que me había detenido ante de acabar con la vida de mi desdichada víctima era realmente mío o era de alguien más? Sí, porque había sido el rostro de ese tal Charlie, el recuerdo de unos ojos tan oscuros como los míos, el recuerdo de su sonrisa amable, la sensación de paz que su sola imagen irradiaba en mí, todo eso fue lo que me detuvo de cometer una atrocidad.
No soy un monstruo, no soy un monstruo… no puedo ser un monstruo
Me repetía una y otra vez, mientras con una mirada casi perdida caminaba frenéticamente en busca de la salida. Sentía que el aire me faltaba, que el corazón se me saldría por la boca de un momento a otro. Miré horrorizada cómo los demás bebían de sus indefensas presas sin derramar una gota siquiera sobre sus ropas; me estremecí al comprender que probablemente esa pulcritud se debía a años o siglos de práctica.
Temí que alguien me detuviera en mi intento de abandonar la escena del crimen, pero aún así me abrí paso entre ese montón de victimarios y víctimas casi a empujones; pero nadie parecía reparar en mi, por lo visto, los vampiros estaban demasiado concentrados en beber como para darse cuenta de lo que pasaba más allá de sus narices. La sed que hasta hacía unos momentos me había parecido dolorosamente insoportable, había pasado a segundo término al darme cuenta de lo que estaba haciendo o mejor dicho, de lo que estuve a punto de hacer. Ahora lo único que importaba era largarme de ahí a como diera lugar.
En lo que me pareció una eternidad, alcancé la entrada a la oscura antesala que llevaba a la salida de ahí; respiré un poco aliviada al darme cuenta que nadie bloqueaba ya su paso por ella y sin más, salí a toda velocidad de ahí, rezando porque Apolo no se percatara de mi huída. Oh, porque estaba segura que ese lapso tan espantoso en el que mi conciencia había sido nublada, de alguna forma tenía que ver con él.
Temblando y con un sensación de asco que se iba haciendo cada vez más grande, empecé a correr frenéticamente por el largo pasillo por el que antes había pasado. Corrí como si la vida se me fuera en eso, mientras las lágrimas amenazaban con anegar mis ojos.
No soy un monstruo, no soy un monstruo…” repetía la frase una y otra vez, como un mantra.
Eso crees, pero ¿quién te dice que no eres exactamente como ellos? No recuerdas nada de tu vida, no puedes saber exactamente lo que eres.”
Llegué hasta la recepción y detuve mi loca carrera.
–¿A dónde voy ahora? –dije en voz alta y angustiada. No estaba segura cómo podría irme de ahí; no tenía dinero ni las llaves del auto de Apolo como para salir corriendo a toda velocidad para alejarme de ese lugar de pesadilla.
La angustia amenazaba con atenazarme, así que luché por no quebrarme en esos momentos. Tenía que huir de ahí, alejarme a como diera lugar de ese mundo diabólico y retorcido. Me mesé los cabellos con desesperación, deshaciendo en el proceso el elaborado moño en el que había recogido mi larga cabellera; por primera vez desee con vehemencia que todo fuera un sueño, que en realidad no hubiera despertado todavía de la especie de coma en el que había estado sumida apenas unas semanas atrás.
Respiré hondo y di un paso hacia el ascensor, pero una mano se posó en mi hombro, apretándome con fuerza y deteniendo mi huida.
Me estremecí.
Mi pesadilla me había atrapado.


Abrí la boca para gritar horrorizada a todo pulmón, pero otra mano me la tapó, impidiéndome hacerlo. La mano que inicialmente se había posado en mi hombro, ahora me rodeaba fuertemente por mi cintura, inmovilizando mi brazo derecho en el proceso; me rebatí con ganas, a pesar de que era inútil, ya que mi captor era increíblemente fuerte.
–Shhhh… –dijo un frio aliento cerca de mi oído.
Intenté gritar nuevamente, pero el sonido de mi voz se topó con la barrera de la pétrea mano. Quise morderlo para liberarme de la presión, pero fue como morder una roca.
–Tranquila, estás a salvo. –me dijo con suavidad y al instante reconocí su voz.
La presión del brazo alrededor de mi cintura, así como de la mano que me tapaba la boca fue aflojándose a medida que él se dio cuenta que le había reconocido.
–No grites –aunque su voz era tranquila, reconocí la orden implícita en ella.
Retiró su brazo de mi cintura para con sus manos tomarme por los hombros y girarme hasta quedar frente a él.
–Stan… –dije entrecortadamente. Sentía que estaba a nada de soltar el llanto que tanto había luchado por controlar.
–Shhh, princesa. Tenemos que salir de aquí, aguanta, por favor –su voz ya no tenía ni un solo rastro de burla cuando pronunció el “princesa”. El semblante de Stanislav era serio y hasta preocupado.
Sentí que una solitaria lágrima se deslizaba por mi mejilla izquierda.
–Resiste, princesa –me estrechó entre sus brazos y apoyé mi mejilla en su duro y amplio pecho mientras cerraba los ojos intentando borrar el horror y el asco que sentía por mi misma –Tenemos que irnos de aquí, antes de que echen de menos nuestra presencia.
Asentí levemente, pero no sentía que mis piernas fueran capaces de dar un par de pasos para tomar el ascensor; es más, ni siquiera estaba segura de que pudieran sostenerme en pie por si solas.
Stanislav debió imaginarse lo mismo, porque en un parpadear me tomó en voladas y me cargó en sus brazos como si fuera tan ligera y pequeña como una niña. Me acurruqué entre sus fríos brazos, que de pronto se habían convertido en una guarida cálida, segura y reconfortante. Apoyé mi cabeza contra su pecho izquierdo, ahí donde alguna vez debió haber latido con vigor su corazón y cerré los ojos con fuerza, tratando de no pesar, porque si lo hacía no sería capaz de aguantar tal y como él me lo había pedido, sino que terminaría derrumbándome miserablemente.
En segundos, casi lo que toma un suspiro, me encontré sentada dentro de su negro automóvil. Como si fuera una frágil muñeca de cristal, Stanislav me acomodó en el asiento del copiloto y me abrochó el cinturón de seguridad antes de cerrar mi puerta, dar la vuelta al auto para subirse y encender el potente motor.
Había apenas un par de lámparas que alumbraban el semi-vacío y silencioso aparcamiento. Abrí los ojos solo para mirar ansiosa por la ventana, para asegurarme que ni Apolo ni ninguno de los otros nos seguían. Stanislav puso en marcha el vehículo y salimos de ahí a toda velocidad. Sólo hasta que el edificio fue apenas una lejana sombra a la distancia, fue cuando solté el aire que había estado conteniendo.
Volví a Cerrar los ojos y empecé a rememorar lo que había hecho. Recordaba a detalle esas ansias casi sádicas de atacar al pobre hombre; su rostro horrorizado, el miedo casi sobre humano que se reflejaba a través de su mirada. Sentí como las nauseas se apoderaban de mí, creciendo segundo a segundo al igual que una sensación de claustrofobia.
Me sentía asqueada, horrorizada, avergonzada de mi misma. Dudaba que pudiera volver a mirarme al espejo sin sentir todo eso contra mí; si sería capaz de olvidar alguna vez la atrocidad de lo vivido, del pecado que estuve a punto de cometer.
Una fría mano apretó mis manos, que descansaban entrelazadas sobre mi regazo.
–Vas a estar bien, te lo prometo
Sonreí con sorna, porque ¿cómo iba a poder estar bien si había clavado mis colmillos en un inocente? ¿Cómo iba a poder seguir adelante sin recordarme la clase de monstruo que había en mí? Porque no podía negar el hecho de que lo poco que había alcanzado a probar de la sangre de mi víctima me había gustado.
–¡Para! –grité de pronto, abriendo los ojos desmesuradamente mientras me llevaba la mano sobre mis labios. Las nauseas se habían tornado demasiado fuertes y violentas como para controlarlas.
Stanislav se salió de la carretera para estacionar el auto y sin haberse detenido del todo la marcha del vehículo, me desabroché desesperadamente el cinturón y abrí la puerta de mi lado para salir. Me alejé lo más que pude antes de las arcadas me atacaran violentamente; me incliné para volver el estómago y sentí cómo una mano sostenía mi cabello mientras otra se posaba en mi espalda.
–Vete, por favor– dije casi suplicante, avergonzada del estado en que me encontraba, pero Stanislav hizo caso omiso y se quedó ahí, para mi bochorno, cuando una nueva oleada de arcadas se hizo presente.
Cuando sentí que mi estómago estaba vacío, me enderecé de la posición en la que estaba y arrugué el rostro ante el hedor. Apenada, me di la media vuelta decidida a alejarme de ahí, con la mirada gacha, pues no estaba segura si seria capaz de mirar a Stan a la cara. Odiaba que me viera en ese estado tan patético y, a la vez, tan abominable. Imaginé en su rostro una mueca de repulsa y eso bastó para que mis rodillas empezaran a ceder bajo mi peso; para mi sorpresa, Stanislav volvió a cargarme en sus brazos y me acomodó nuevamente en el auto con la misma o más delicadeza que antes.
Mientras él ponía de nuevo el auto en marcha, no pude evitar volver la vista hacia atrás.
–Hace rato que las murallas de Volterra quedaron atrás. Ya estamos bastante alejados de ellos.
Stanislav debió imaginar lo que había pensado: que esta parada inesperada podría haber hecho que los Vulturi estuvieran más cerc; eso si ya habían notado nuestra ausencia y hubieran decidido venir tras nosotros.
El automóvil se volvió a poner en marcha, incorporándose con suavidad a la carretera una vez más. Me di cuenta que Stanislav iba manejando a una velocidad alarmantemente rápida y que no se había molestado siquiera en encender los faros.
–¿No deberías prender las luces? –Traté de que mi voz no sonara alarmada, pero fracasé en el intento.
–No te preocupes, todo está bajo control –pronunció mientras me lanzaba una rápida mirada acompañada de una suave sonrisa.
No pude contestar su sonrisa, me sentía sin fuerza siquiera para eso. Tampoco dije nada más, de alguna extraña manera confiaba en él. El resto del viaje lo hicimos en completo silencio, cosa que agradecí. No me presionó para que le contara lo que me había sucedió ni lo que estaba pensando en esos momentos; ni siquiera trató de rellenar el silencio con cháchara superficial e insulsa.
El viaje de regreso a Florencia se me hizo más corto que el de ida. Reconocí las luces que daban la bienvenida a la ciudad y nuevamente la aprehensión se apoderó de mí.
–No quiero ir al palazzo, por favor –dije mientras giraba la cabeza hacia el para mirarle de forma suplicante.
El asintió a la vez que pronunció: –No pensaba hacerlo, aunque mi existencia dependiera de ello.
Suspiré agradecida. Temía llegar a ese enorme y frío mausoleo de mármol, pero sobre todo, me aterraba la idea de encontrarme ahí con Apolo.
Me recargué sobre la puerta, casi haciéndome un ovillo en el asiento. No me esforcé en mirar a través del cristal; total, para mi todas las calles eran iguales. No conocía lo suficiente la ciudad como para saber con exactitud hacia dónde nos dirigíamos y honestamente, tampoco me importaba demasiado siempre y cuando fuera algún lugar donde encontrarme con la guardia de mi “familia” fuese algo casi imposible.
De repente el auto detuvo su marcha y sin darme cuenta siquiera, Stanislav me abrió la puerta galantemente.
–Hemos llegado.
Su profunda voz pareció despabilarme un poco de mi ensimismamiento, así que con movimientos algo torpes y lentos, me desabroché el cinturón de seguridad y puse los pies fuera del vehículo. Tal vez mi aspecto era peor de lo que me imaginaba, pues sin mediar palabra alguna, Stanislav me rodeó con un brazo apoyando casi todo mi peso contra él para ayudarme a caminar.
Paseé la mirada rápidamente y me sorprendió encontrarme frente a lo que parecía una vieja bodega adoquinada en la fachada. Estaba ubicada en una estrecha callecita alumbrada apenas por un par de lámparas que parecían luchar porque sus focos no se fundieran.
Stanislav sacó unas llaves de uno de los bolsillos del pantalón y abrió la puerta sin despegarse siguiera un milímetro de mí para hacer la maniobra. La bodega estaba completamente a oscuras, lo que me puso nerviosa. No sabía qué podría encontrar y por primera vez me cuestioné si confiar tan fácilmente en él sería sensato; no debía olvidar que Stanislav era parte de ese horripilante mundo que parecía gobernar los Vulturi.
Stan presionó un interruptor y se encendieron apenas un par de lámparas. Agradecí que el cambio de iluminación no fuera tan brusco a la vez que me sorprendí al ver que no era una bodega abandonada, tal y como lo había creído al principio, sino que era una especie de chalet.
–¿De quién es? –pregunté recelosa. Lo que menos quería era terminar presa por allanamiento de morada; claro que si eso sucedía sería como la guinda en el pastel de un día bastante malo.
–Es mío.
–¿Es tu casa?
–Digamos que a veces vengo aquí para distanciarme de aquello que me molesta o a veces vengo simplemente para pensar.
Miré a mí alrededor entre curiosa y asombrada. Si bien, el lugar no era muy grande, todo estaba bastante ordenado. En la parte de abajo, en el centro había una pequeña sala de sillones mullidos de gamuza en color chocolate, sin una mesa de centro, pero si un par de mesillas laterales donde estaban un par de lámparas antiguas que en ese momento alumbraban el lugar. El suelo era de madera, con una gruesa alfombra café con un elaborado diseño oriental en ocre y sepia; al fondo, había una especie de librero que ocupaba casi toda la pared, el cual estaba atestado de libros bastante usados unos y otros parecían más nuevos.
Al fondo, a la derecha había una maciza escalera de madera que llevaba a una especie de templete/segundo piso, donde estaba colocada lo que parecía una cama matrimonial y frente a esta, un enorme televisor de pantalla plana.
Las paredes estaban pintadas de terracota y se alzaban hasta un altísimo techo de vigas de madera. Había un solo cuadro que adornaba la pared izquierda; era un lienzo enorme de un bello castillo que parecía sacado de algún cuento de hadas, el cual estaba enclavado en un frondoso bosque.
–Es el castillo de Bouzov –dijo pero yo no respondí nada, aunque seguía admirando el cuadro –Está en la república Checa.
Me quedé callada, ¿qué podía decir? Esa no era precisamente una visita de cortesía para tomar el té. Tal vez en otras circunstancias me hubiera volcado en hacerle una pregunta tras otra sobre el castillo o sobre la historia del cuadro. Pero en ese momento me sentía tan vacía, tan confundida que todo me daba igual.
–Como verás, no hay una cocina por aquí o siquiera un refrigerador. Pero si quieres algo, puedo ir a…
–¡No! –dije de aprensiva. La idea de quedarme sola en esos momentos me daba miedo; era como si temiera que el monstruo que vivía en mi pudiera salir otra vez a la luz y atacarme.
–¿Entonces…? –parecía que para Stanislav tampoco era fácil esta situación.
Tenía la mirada como perdida mientras buscaba algo coherente al qué aferrarme para no dejarme llevar por la crisis de nervios que parecía estar dispuesta a estallar a la menor oportunidad.
–¿Tienes baño? –dije mientras recorría nuevamente el lugar con la mirada –Necesito ir al baño… mi aliento está mal. Si, tengo qué… –me llevé la mano hacia mis labios, para tapar mi boca. Tenía la mirada algo perdida, lo más seguro es que en esos momentos pareciera como una enferma fugada de algún hospital siquiátrico.
–Sí, es por aquí –Stan me tomó suavemente por el codo para indicarme que lo siguiera.
Di un par de pasos apenas cuando detuve bruscamente mi marcha.
–¿Qué pasa? –Preguntó confuso a la vez que su rostro denotaba preocupación.
Bajé mi mirada hacia mi muy arrugado vestido. Aunque era negro, creí ver exactamente las partes donde estaba manchado de la sangre de aquel hombre; luego, me llevé las manos al pelo y noté que eran más los mechones desordenadamente sueltos que aquellos que todavía seguían sujetos por las horquillas. Por último, miré nuevamente mis manos, donde las manchas de sangre todavía se notaban.
Lo miré angustiada y sentí que las lágrimas empezaban a juntarse al borde de mis ojos.
–¿Qué sucede? –volvió a preguntarme
–No… no tengo cepillo de dientes y… no tengo ropa… –Stan frunció el seño, parecía bastante confundido –No tengo casa, no tengo familia… no tengo alma… ¡No tengo nada! ¡Soy un maldito monstruo!
Solté el llanto que tanto había tratado de evitar mientras me dejaba caer de rodillas en el piso; lloré de manera desgarradora, inconsolable. Lloré por el horror de esa noche, por los rostros de esas pobres personas que seguramente ya estaban muertas, por sus gritos de terror y angustia. Lloré por la suerte de ese pobre que apenas había alcanzado a morder, pero aún así, me sentía cómplice de su muerte. Lloré por mi misma, por el asco y la repugnancia que sentía por mí, por el desprecio al descubrir lo que en realidad era.
Era tanta mi angustia, que el aire me faltaba, pero aún así mis lágrimas no remitían, sino que parecían no tener fin.
Stanislav se agachó junto a mí y envolviéndome en sus brazos, me dejó descargar mi zozobra; su pecho amortiguaba un poco el ruido lastimero que salía desde lo más fondo de mi alma. No supe cuanto tiempo estuvimos así abrazados, mientras el único sonido alrededor de nosotros era el de mi llanto.
Poco a poco, mis lágrimas se fueron haciendo menos, dejándome apenas con un pequeño hipar y una sensación de pesadez general en mi cuerpo. Respiré profundamente, tratando de recomponerme un poco.
–Perdóname… –dije mientras me enderezaba para romper el contacto con él. Tenía la cabeza y la mirada gacha, pues me sentía patética, avergonzada por mi falta de control.
–No tengo nada que perdonarte –puso un par de dedos debajo de mi mentón, obligándome a mirarlo directamente a los ojos. Había esperado encontrar furia, desprecio o incluso burla en su mirada, pero no, la mirada de Stanislav era ecuánime, con un dejo de ternura y comprensión, haciendo que las lágrimas bañaran nuevamente mis ojos. Tomó mi rostro entre sus manos con suavidad, como si tuviera miedo de que pudiera quebrarme con el más ligero movimiento –¿Quieres hablar de ello?
Suspiré.
–Creo que… primero tengo que ir al baño. Debo de tener una pinta espantosa –dije torciendo un poco la boca. Me limpié los restos de mis lágrimas de mi rostro con el dorso de la mano, que si ya estaba manchada de rojo, ahora tenía unas manchas negras a lo largo.
Stan se puso primero de pie, y con la misma suavidad de antes, me dio la mano y me puso de pié en un santiamén.
–Ven, por aquí está el baño –con su mano entrelazada con la mía, me llevó a una sencilla puerta que estaba a la derecha. Abrió la puerta haciéndose a un lado para dejarme pasar al pequeño pero pulcro baño. –Espera… toma –si se había movido, no me di cuenta. Lo que sí, es que como por acto de magia, en su mano apareció una pequeña cajita alargada que contenía un cepillo de dientes nuevo.
–Gracias –mi voz sonó ronca debido al llanto. Miré nuevamente mi maltrecho vestido y después, pude ver mi reflejo en el espejo que había en el baño. Estaba tan pálida como Stanislav, con el maquillaje corrido y los rastros de mis lágrimas muy visibles en mi cara; mi mirada se encontró con la de Stan a través del espejo y sonreí sin ganas –¿No podrías aparecer también por arte de magia algo de ropa para mi? –dije intentando bromear con él.
–¿Quieres darte un baño? –Ofreció de pronto –Tal vez un poco de agua caliente te ayude a relajarte.
¿Cepillo de dientes? ¿Agua caliente? Lo miré extrañada
–Cuido mi higiene como todos los demás –respondió a mi pregunta no hecha. –Espérame un momento, ¿si?
Le dije “Si” al aire, pues prácticamente se había esfumado ante mis ojos. Asomé la cabeza por la puerta, pero no lo encontré en la planta baja, así que imaginé que estaría en lo que vendría a ser su recámara. Y así, tan rápido como se fue, regresó, dándome un buen susto en el proceso.
–Lo siento –dijo al notar mi sobresalto –Ten, no tengo mucho de dónde escoger, pero creo que esto puede servirte para que te cambies. –me dijo mientras me entregaba un bultito de prendas. Asentí con la cabeza y lentamente cerré la puerta tras de mi. Extendí las prendas y encontré que me había dado una camisa negra de mangas largas y un par de calzoncillos deportivos del mismo color. Temblé, pues se me hacía algo muy íntimo usar ropa de él, pero al mirar nuevamente mi vestido, me olvidé del remilgo. Ese vestido era un recuerdo de la pesadilla de Volterra y en esos momentos me hubiera encantado poder prenderle fuego y olvidar las últimas horas.
Me desnudé rápidamente y me metí a la ducha, donde abrí la llave del agua caliente al máximo, como si el hervor sobre mi piel pudiera quitarme esa sensación de suciedad y repulsa que sentía. Me paré estática bajo el potente chorro de agua, esperando que el efecto relajante del agua actuara sobre mis agarrotados músculos. Me lavé el cabello y me froté con vigor mientras me enjabonaba el cuerpo, concentrándome en eso para evitar pensar a toda costa. Cuando vi que la piel de mis dedos se empezó a arrugar, decidí que era hora de salir de ahí; tomé una pequeña toalla que estaba a mi alcance para secarme y empezarme a vestir. Tuve que volver a usar mi bikini sucio, no creía que Stan tuviera también una reserva de ropa interior para “invitadas de emergencia” y después me puse el short que me quedaba justo encima de las rodillas, mientras que la camisa tuve que terminar por arremangármela hasta los codos, ya que era demasiado larga para mis brazos. En un impulso, hice un pequeño bulto con el vestido y lo tiré al cesto de la basura. Antes de salir del pequeño refugio en el que se había convertido el cuarto de baño, me desenredé los mechones húmedos de mi pelo, esperando tener un aspecto decentemente humano.
Un poco tímida, salí del baño y me encontré a Stanislav, muy serio y sentado en la orilla uno de los sillones. En la mano tenía un vaso de cristal con un líquido ambarino en él; en la mesilla de al lado, junto a la lámpara, había otro vaso igual. Al percatarse de mi presencia, giró su rostro y me miró largamente antes de decir:
–Creo que te vendría bien algo fuerte. –Tomó el vaso de la mesilla y lo tendió hacia mi –El gusto por el whiskey es en lo único que coincido con algunos humanos. –Le dio un largo trago al vaso y con su mirada me instó a hacer lo mismo.
Encontré el licor bastante fuerte, tanto que al pasar por mi garganta me hizo toser fuertemente.
Stanislav sonrió
–Con calma, princesa, de lo contrario vas a terminar hecha una cuba y creo que eso es lo último que necesitas en estos momentos…o tal vez sí. –dijo mientras se encogía de hombros.
Me bebí hasta la última gota de licor y sentí que empezaba a relajarme un poco más. Dejé el vaso sobre la mesa y sin saber qué hacer, empecé a pasear la mirada por todos lados sin posarla en él.
–Ven –palmeó el lado vacío del sillón donde estaba sentado.
Sin remilgos, hice lo que me indicó y me senté, pero tratando de alejarme lo más posible de él. Me hice un ovillo sobre el sillón, subiendo mis desnudas piernas para flexionarlas y rodearlas con mis brazos.
–¿Qué sucedió esta noche?
–¿De qué hablas? –dije entre nerviosa y avergonzada. Oculté parte de mi rostro atrás de mis rodillas, dejando visibles únicamente mis ojos fijos en él.
–Tú sabes de qué.
Me quedé en silencio, pues ¿qué podía decirle? ¿Qué me había asustado descubrir la clase de monstruos que somos? Porque a pesar de que me habían dicho que éramos vampiros, en el fondo, nunca lo había creído realmente. Tal vez podría decirle el asco y la repulsa que sentía de mí, de los demás… de él. ¿Cómo podía decirle que a pesar de lo bien que se había estado portando conmigo, una parte de mi no podía evitar considerarlo un ser diabólicamente despreciable?
–Yo… –respiré hondamente, buscando qué decir, tratando de encontrar las palabras exactas para explicar lo que sentía en esos instantes pero sin ofenderlo. Al fin y al cabo, Stanislav seguía siendo un vampiro que se alimentaba de humanos.
–No pudiste hacerlo. Simple y sencillamente te horrorizaste al darte la clase de monstruos que te rodean –No fue una pregunta. Lo dijo tan claro y tajante que quedé boquiabierta.
–Lo siento… –bajé la mirada avergonzada.
–No hay por qué. Hace demasiado tiempo que entendí cual es mi naturaleza así que el que me consideres un abominable monstruo, que hasta cierto punto de parezca repulsivo, no me ofende. Digamos que tengo un ego a prueba de balas –sonrió. Traté de responder a su gesto, pero lo más que logré fue una mueca forzada, así que él retomó la plática –Vi que Apolo se acercó a ti y de dijo algo, ¿no?
Asentí con fuerza.
–Cuando me di cuenta del por qué estaban esas personas ahí… te juro que traté de huir de ahí, estaba demasiado aterrorizada, pero de pronto… no sé, fue demasiado extraño. Era como si de repente me hubieran bajado el “switch” y hubiera quedado en piloto automático, obedeciendo de alguna forma lo que las palabras de Apolo habían provocado en mí. –El rostro de Stanislav se volvió bastante sombrío, pero no habló, dejándome seguir con la conversación –Así que lo único que me importaba era matar a ese pobre hombre, saciar mi sed, apagar el ardor que sentía en la garganta. –la voz me salió enronquecida. Respiré hondo nuevamente, no quería que otro ataque de lágrimas sin control se hiciera presente.
–Pero te detuviste…
–Alcancé a morderle, a saborear su sangre… Y me gustó, ¿sabes? Eso es lo que más horrible lo hace porque ¿Qué tal si la próxima vez no puedo detenerme? ¿Qué me va a pasar si no logro domar al demonio que vive en mí? ¿Qué pasa si no hay un recuerdo lo bastante fuerte como para detenerme?
–¿Recuerdo? –dijo sorprendido
–Sí… recordé el rostro de un hombre llamado Charlie. Y fue por el recuerdo de sus ojos, de su rostro sereno que pude detenerme. No tengo idea de quién es pero… –tomé con fuerza una bocanada de aire– … Tengo miedo, no sé si pueda luchar contra lo que soy…
–¿Y por qué tratas de luchar? ¿No sería más fácil si te dejaras ir simplemente?
–¡No! –Me levanté de un salto –¡No podría vivir conmigo misma siendo un monstruo! ¡No puedo convertirme en algo tan espantoso como, como….!
–Como yo. –Finalizó por mi. Stanislav se puso de pié también y quedamos uno frente al otro, mirándonos fijamente; yo tratando de controlar los temblores de mi cuerpo, él como buscando qué decir exactamente para no provocar que me viniera abajo nuevamente.
Me di media vuelta, dando unos pasos inquieta. De pronto, sentí que estábamos demasiado cerca el uno del otro, provocándome una sensación de claustrofobia; necesitaba poner cierta distancia entre los dos. Caminé hasta el fondo, justo donde estaba el enorme librero.
–¿Por qué viniste conmigo entonces si piensas que soy igual o peor que ellos? –dijo con voz dura a mi espalda.
–¿Por qué me ayudaste y dejaste tu… cena a medias? –contesté sin dignarme a voltearme.
–No dejé mi cena a medias –Stanislav se había acercado bastante, tanto que pude sentir su aliento contra mi cuello y su aroma tan característico, como a madera y cuero, se coló por mi nariz. –Yo no me alimento al estilo de ellos.
–¿No? –pregunté burlonamente incrédula –¿Entonces tus ojos rojos son producto de tus noches insomnes?
–No dije que no me alimentara de sangre humana dique que no me alimento al estilo que ellos lo hacen.
–No entiendo…
–No me gusta el sadismo con el que atacan a sus víctimas ni la forma en que las engañan para atraerlos. –lentamente, giré hacia él pues sus palabras me habían dejado intrigada. –No te voy a negar que yo me alimento de sangre humana, es parte de mi naturaleza así que no tiene caso que te mienta.
–¿Entonces?
–Digamos que encontré una forma de alimentarme con la libre y gustosa colaboración de mis “proveedores”, por así llamarlos.
–¿Podrías dejar de andarte por las ramas? Estoy harta de tantos misterios que me rodean, de tantas historias sin terminar. Habla claro –le exigí poniendo los brazos en jarras.
Stanislav ahora era quien parecía incómodo, paseando la mirada de un lado a otro.
–Yo… bueno, hace un par de años encontré un selecto club al que me uní… –dijo con una mueca triste, pero tratando de que pareciera burlona –Un club de personas desesperadas; era un grupo de pacientes de enfermedades terminales que buscaban una forma de morir dignamente, sin tener que padecer la largas y atormentada agonía de sus horas finales.
–¿Una especie de club de eutanasia? –dije incrédula.
–Sí. Sabes que esa práctica está prohibida, que la mayoría de los gobiernos se oponen a darle a los pacientes terminales el derecho de elegir entre morir con dignidad o con un sufrimiento atroz. Bueno, pues digamos que yo soy su eutanasia legal; es un trato justo: ellos me permiten alimentarme y yo les doy una muerte rápida, sin sufrimiento y sin levantar sospechas.; quiero pensar que de alguna manera les ayudo, que de esa forma soy menos diabólico que el resto de nuestra especie.
Lo miré sin saber qué decir o pensar, ¿un vampiro piadoso? ¿Era posible eso?
–Pero eso no explica por qué pudiste salir tras de mi sin caer en la tentación de… ya sabes.
–¿Recuerdas que me preguntaste a dónde había ido después de regresar del centro comercial?
–Sí, y tú dijiste que… dijiste que habías salido a cenar.
–Así es. Anoche hubo una reunión del club. Por eso mi sed estaba controlada, por eso pude evitar participar en el salvaje banquete de los Vulturi.
Estaba bastante confundía e incrédula. ¿Sería verdad lo que decía? Claro que eso no borraba el hecho de que se alimentaba de humanos, de que los mataba, por muy piadosas que fueran sus intenciones. Aunque tenía que reconocer que al final le encontraba el lado humano lo que hacía.
–No has contestado a mi pregunta –dijo, sacándome de mis cavilaciones
–¿Cómo?
–Que no me has respondido sobre el por qué decidiste venir conmigo. Al fin y al cabo soy un perfecto ejemplo del horror del que huiste.
–Porque, de alguna manera confío en ti… más que en mi padre o en mi flamante prometido. Confío en ti aunque una vocecita me dice que no debería hacerlo. –dije con una sonrisa torcida
–Deberías hacerle caso a tus instintos. Yo no soy de fiar, yo soy un monstruo, a pesar de lo que haga, a pesar de lo que diga, nada puede borrar el hecho de que hace mucho tiempo dejé de ser un ser humano y me convertí en una bestia.
Desvié la mirada de su rostro, tratando de controlar el estremecimiento que provocaron sus palabras. Fijé la mirada sobre su hombro, en un punto fijo de uno de los entrepaños del librero. Era una vieja foto en blanco y negro, la cual estaba en un portarretratos que también parecía tener bastantes años a cuestas. Avancé lentamente hacia el, esquivando en mi paso a Stanislav; sin poder evitarlo, tomé el retrato entre mis manos, con los ojos abiertos como plantos.
–Anna… –susurré ligeramente.
Era la foto de una familia, estaba segura por la forma en que estaban abrazados. Había una mujer menuda de enormes ojos oscuros, que en su regazo tenía a una niña de grandes ojos oscuros como ella y cabellos rizados cortos; ambas sonreían felices mientras los brazos de un apuesto hombre las rodeaba en un abrazo por demás afectuoso. Ese hombre era Stanislav, no había duda. El amor que sentían entre ellos parecía saltar de la foto.
–Anna –dije con voz fuerte mientras miraba a Stan, que se había quedado como clavado donde estaba parado, con el rostro lívido. –Ella… es la niña que vi en el estacionamiento del centro comercial, cuando te toqué…
–Imposible… No pudiste verla, no creo…
En un impulso, me acerqué a él y posé mi mano sobre su mejilla, para mostrarle aquello que había visto. Conforme le mostraba las imágenes, el rostro de Stanislav adquiría un nivel de palidez irreal.
–¿Cómo es posible que tengas mis recuerdos? –dijo consternado
–No lo sé… simplemente sucedió. Puse mi mano sobre tu hombro para llamar tu atención, ¿recuerdas? –Stan asintió con fuerza –Y al segundo, vi a Anna en mi cabeza junto con la mujer…
–Maia.
–¿Así se llama?
–Se llamaba –la voz de Stanislav era más ronca de lo normal. Parecía que ahora era él quien luchaba por controlar el llanto, aunque era imposible pues los vampiros no pueden llorar.
–¿Está muerta? –asintió –¿Las dos?
–Es una historia bastante larga y además, pertenece a una vida que ya no existe. A un Stanislav Masaryk que yace en una triste y abandonada tumba desde el 25 de Diciembre de 1942.
–¿Fue cuando…?
–¿Cuándo me convertí en esto? Sí, días más, días menos… En esa terrible época de la guerra, el tiempo no existía, todo era una larga y tortuosa pesadilla.
–Stanislav… –lo toqué en el hombro y a mi mente vino la imagen de la tal Maia, sonriendo dulcemente y mirando fijamente hacia mi, o mejor dicho, hacia Stan. Quité mi mano con rapidez, como si el contacto me hubiera quemado.
–¿Qué sucede?
–Nada… sólo…
–¿Qué? –me tomó por los hombros y la imagen ahora de Anna jugando con una deshilada muñeca de trapo pasó por mi mente
–Suéltame, por favor… –entrecerré los ojos, pues las imágenes se iban volviendo más fuertes y nítidas. –Son demasiados recuerdos, empiezo a sentirme mareada.
Me soltó con brusquedad, tanto que di un ligero trastabilleo hacia atrás.
–Te pedí que no hurgaras en mis cosas.
–No lo hago a propósito… te lo prometo. Es algo que no puedo controlar.
Stanislav caminó hacia uno de los sillones y se dejó caer en él. Imaginé que lo había hecho más por poner distancia entre nosotros que porque estuviera cansado de estar parado.
–¿Quiénes son? –me aventuré a preguntar, sin estar completamente segura de obtener una respuesta.
–Son… o mejor dicho, eran mi esposa y mi hija.
¿Había tenido una familia? Me impactó su respuesta.
“¿Qué les pasó? ¿Por qué él había terminado convertido en vampiro, sólo?” pensé curiosa.
Dudosa, me acerqué hasta donde él estaba, pero me senté en otro de los sillones, sin estar completamente segura si él tomaría con agrado mi intento de acercarme.
–Supongo que te preguntarás que sucedió, ¿no?
–Stan, no es necesario…
–Conocía a Maia desde mi infancia, éramos vecinos del mismo edificio –dijo sin prestarle atención a mis palabras– Crecimos siendo compañeros de juegos, los mejores amigos, hasta que un día, de alguna manera, nuestra amistad dio paso a un tórrido amor… –la mirada perdida de Stanislav me indicó que su mente estaba lejos de ahí, en un lugar y un tiempo bastante alejado de nuestro presente –Nos casamos en 1935, un 9 de Julio, justo el día en que ella cumplió los dieciocho años. Nadie se casaba en martes, pero nosotros lo hicimos, a pesar de que sus padres y los míos no estaban muy felices con la unión, aún así decidimos estar juntos.
–¿Por qué sus padres estaban molestos?
–Porque ella era judía y yo protestante. Ellos querían que se casara con alguien de su misma religión y mis padres, bueno, aspiraban para mi alguien más que la hija de un simple relojero. –Dijo encogiéndose de hombros –Nos dolía la actitud de nuestros padres, pero sabíamos que era imposible estar lejos el uno del otro… No concebíamos vivir separados, así que nos casamos, a pesar de que yo apenas iba a entrar a la Escuela de Medicina de la Universidad de Praga. Nos mudamos a un departamento bastante pequeño y modesto en el último piso, por no decir que en el desván de un edificio que estaba a un par de calles de la Facultad; no fue fácil, a decir verdad, a veces tuvimos momentos muy duros para salir adelante, pero a pesar de la estrechez económica seguíamos locamente enamorados como desde el primer día… Cada obstáculo, cada problema que se nos presentaba sólo hacia que nuestra relación se volviera más fuerte.
»Maia era pequeña de estatura, tan menuda y de una piel blanquísima, tanto que parecía porcelana, aunque lo que más me encantaba de su rostro eran sus enormes ojos negros. Era tan fácil descubrir lo que ella pensaba o sentía a través de su mirada. Con ella no había dobleces ni medias verdades, siempre podías contar con su sinceridad y su franqueza… Cada día daba gracias al cielo que ella fuera mía, que hubiera tenido la oportunidad de conocer la verdadera felicidad, cosa que pocos podían experimentar… Y nuestro perfecto y mágico mundo se vio colmado con la llegada de mi preciosa Anna.
–¿Cuándo nació?
–El 15 de mayo de 1939, apenas tres meses y medio antes de que los alemanes invadieran el país… Mi pobre Annie vino en una época tan turbulenta, tan negra… su infancia se limitó a un cuartucho, sin poder salir a la calle, sin poder convivir con otros niños por el peligro de que esos malditos cerdos nazis nos descubrieran…
Algo me dijo que la historia de Stanislav se había torcido de una manera por demás dolorosa, así que en un impulso, me senté a su lado y entrelacé mis manos con la suya. Y nuevamente, las imágenes de sus recuerdos se iban alojando en mi mente. Ahora me sentía parte del relato de Stan, pues podía ver lo que sus palabras iban relatando.
–Sabíamos que los alemanes estaban persiguiendo a los judíos, que había una especie de cacería de brujas contra ellos, pero creo que ni en nuestros más retorcidos pensamientos pudimos imaginar la clase de horror que estaban cometiendo… Sabíamos que se los llevaban lejos aunque no sabíamos exactamente para qué; Auschwitz sonaba algo remoto y casi desconocido… Y aunque trataban de disimular las atrocidades, éramos conscientes del peligro, de que algo no marchaba bien.
»Al principio, eran cosas tan ridículas como que los judíos tenían que usar una parche con la forma de Estrella de David y la palabra “judío” escrita en ella para poder identificarlos; luego, siguió la prohibición de que no podían andar por las aceras, sino tenían que caminar sobre el asfalto o la tierra… las prohibiciones se fueron haciendo demasiado duras, demasiado extremas. Y después, llegaron las redadas… Hombres, mujeres, niños, no importaba, no había distinciones. Iban desapareciendo en manos de la SS. Yo tenía demasiado miedo por Maia y Anna, aunque mi esposa trataba de tranquilizarme y decirme que no iba a pasarnos nada malo, que siempre íbamos a estar juntos, que íbamos a envejecer juntos…
»Nos tuvimos que mudar a un edificio en una zona por demás miserable, buscando escondernos. Yo apenas si salía a la calle, sólo para buscar algo qué comer y enterarme de lo que estaba pasando… Durante dos años, Maia y la niña no pudieron salir a la calle, ni siquiera asomarse a la ventana por miedo a que alguien pudiera verlas. No tienes idea de lo duro que es para un padre ver que el mundo de su pequeña hija se limita a una habitación de apenas 20 metros cuadrados. Pero aún así, jamás vi a mi Maia lamentarse de nuestras circunstancias, Annie jamás dejó de jugar con sus muñecas y soñar con cuentos de princesas y príncipes en blancos corceles.
Nuevamente, las lágrimas se deslizaron por mi rostro, pero esta vez ni siquiera me di cuenta. Estaba demasiado concentrada viendo los recuerdos de Stanislav, que no era consiente de lo que sucedía a mi alrededor.
»La Noche Buena de 1942 hubo una redada en el edificio donde vivíamos. Nos tomó por sorpresa. Los malditos bastardos llegaron a mitad de la noche, allanando todos y cada uno de los diminutos departamentos del edificio… A pesar del tiempo, aún puedo escuchar los gritos de terror, los sonidos de las pistolas descargándose contra aquellos desgraciados que trataron de resistirse a las fuerzas de la SS… Eran tan salvajes, tan crueles, que no les importaba arrojar a la gente por la ventana, a pesar de estar a una altura de cuatro o cinco pisos, y lo mismo eran hombres, mujeres, niños o ancianos. No tenían piedad, lo único que les importaba era exterminarles…
»Esa noche, Maia y yo estábamos dormidos, con Annie en medio de los dos, cuando de pronto escuchamos el alboroto. Me sentí frenético, aterrorizado por mi familia; mi cabeza trabajaba a toda velocidad, ideando la forma de salir de ahí, de poner a salvo a Maia y a la niña.
»”No va a pasarnos nada. Tal vez ni siquiera nos molesten” me dijo con su voz suave, pero yo pude ver en sus ojos el terror que sentía. Me juré a mi mismo que iba a hacer todo lo posible por mantenerla a salvo, aunque la vida se me fuera de por medio. Sólo que no nos dio tiempo de nada; de pronto, unos golpes demasiado fuertes contra la puerta de nuestro departamento nos alertó de la presencia de los oficiales. Annie, se metió debajo de la cama, asustada por los gritos de los furiosos nazis. Quise ignorar los llamados, me resistí a abrir la puerta, pero salió contra producente. De pronto, sonó un disparo y la cerradura cedió…. Se llevaron a Maia, casi arrastrándola de los cabellos, arrancándola de mis brazos que se negaban a soltarla. Me gané una buena golpiza por eso, pero ¿qué más podía hacer? Había jurado proteger con mi vida lo que más amaba. ¿Sabes por qué aguanté la brutal paliza? Porque sabía que Annie estaba debajo de la cama, me imaginé que estaría paralizada del miedo y no quería que esas bestias la descubrieran; temía lo que pudieran hacerle a mi niña.
»”Dejen a mi papi en paz” gritó mientras salía de su escondite. Y ellos se burlaron… “¿Quieres que dejemos en paz a tu papá” dijeron son sorna mientras mi niña les decía que sí. Y sí, me dejaron de golpear, sólo para lanzarme por la ventana, haciendo añicos el cristal en el proceso. Caí desde un sexto piso, estrellándome brutalmente contra el pavimento… Me dejaron ahí, rodeado de los cuerpos de otros más. Había si apenas sobrevivido a la caída, pero me dejaron ahí para que muriera, como una advertencia a aquellos que se atrevieran a ocultar o ayudar a los judíos… No quería morir, no quería irme sin saber qué iba a pasar con Maia y con Annie, pero la oscuridad iba ganando, se iba apoderando de mi; y de pronto, la oscuridad fue acompañada de una horrible sensación de ardor, como si estuviera ardiendo en las llamas del mismísimo infierno… Tres días después, desperté en un oscuro y nauseabundo callejón, convertido en esto… Nací un 10 de Septiembre de 1917 y abandoné este mundo 25 años, tres meses y dos semanas después.
–¿Qué sucedió con Maia y con Annie?
–Maia murió en un campo de concentración, enferma de tuberculosis… Pasé mucho tiempo buscándola al igual que a mi hija. A pesar de haber terminado convertido en un vampiro sin alma, no pude olvidarlas ni dejar a un lado el amor que sentía por ellas… A mi hija la entregaron en adopción a la familia de un oficial de la SS. No pude salvar a Maia, pero sí a mi Annie; llegué a casa del tipo ese y lo maté despiadadamente. No bebí su sangre, jamás podría haberlo hecho puesto que detestaba a todos esos nazis con todo mi ser. Y tampoco le hice daño a su mujer, ¿Qué culpa tenía ella de haberse casado con una bestia así? Me limité a llevarme a mi hija, tenía que ponerla a salvo…
»Quise que ella se quedara junto a mi, pero el latido de su corazón, el torrente de su sangre era demasiado tentador para mi… Había jurado salvarla, y lo hice. Huimos a Londres y tuve que dejarla en un orfanato. Aun recuerdo su carita cuando tuve que decirle que era la última vez que íbamos a estar juntos. “No, papi, no” decía una y otra vez… pero tenía que hacerlo, por su bien, por su vida tenía que decirle adiós. La muerte de Maia y dejar a mi hija acabaron con la poca humanidad que me quedaba, si es algo había conservado al convertirme en este monstruo que soy desde ese día…
–¿Alguna vez volviste a saber de Annie?
–Sí… no dejé que ella me viera, pero siempre estuve cerca de su vida de alguna otra forma. La adoptó la familia de un vicario y tuvo una buena vida. Tengo que agradecer que le haya tocado una familia que la amó como su madre y yo lo hubiéramos hecho si el destino nos lo hubiera permitido. Mi Annie vivió una vida plena, eso es lo importante.
Estaba llorando a mares, pero no podía controlarlo. Sentía que estaba llorando también las lágrimas que Stanislav era incapaz de derramar.
–¿Annie murió?
–No, todavía vive, si es que eso se le puede llamar vida… Está en una clínica de Londres, hace seis años le diagnosticaron Alzheimer y como su esposo y su único hijo murieron hace tiempo, no hay quien se encargue de ella. De alguna forma, la vida me está dando la oportunidad de cuidarla nuevamente al final de su vida.
–¿No has pensado en…?
–No, yo jamás podría matar a mi Annie, ni aunque fuera por ahorrarle los momentos más duros de su enfermedad. Por eso acepté unirme a los Vulturi cuando Jane me lo propuso; no me dejé seducir ni por el poder ni por estos festines descontrolados de sangre. Ya había visto demasiados horrores en mi vida, pero cuando me ofreció una buena paga y la posibilidad de que los últimos años de vida de mi hija fueran los más cómodos posibles, pues no pude dejar pasar la oportunidad… Pase lo que pase, el bienestar y la protección de mi hija son lo más importante, por encima de todo.
Stanislav siguió con su frio dedo índice el camino que mis lágrimas habían recorrido por mi mejilla izquierda.
–No llores o por lo menos, no lo hagas por mí.
–Es que están triste, tan duro…
–Así es la vida… No tiene caso de lamentarme por aquello que no puede cambiarse; no gastes tus lágrimas en un monstruo como yo.
–¡No eres un monstruo! –tomé con fuerza su rostro entre mis manos y apoyé mi frente contra la de él, entrecerrando los ojos –No prohíbo que digas eso de ti.
–Pero eso es lo que soy. –se enderezó, rompiendo nuestro contacto. Me sujetó por la barbilla, obligándome a mirarlo directamente a los ojos –No dejes que la historia de mi vida pasada te conmueva. Soy un monstruo, soy un asesino y por eso no puedes confiar en mí. No soy bueno, estoy demasiado podrido por dentro.
–Me niego a creerlo… Te has portado conmigo demasiado bien, lo que has hecho por tu hija, lo que haces por esas personas enfermas…
–Nada de eso justifica los horrores que he ido cometiendo a lo largo de mi existencia…. Prométeme algo, ¿quieres?
–¿Qué?
–Que pase lo que pase, no vas a permitir que el monstruo te domine. Esta noche demostraste ser más fuerte que él; no te dejes arrastrar a este lado tan oscuro sin retorno.
–Eso significaría renunciar a los Vulturi…
–Hazlo. Vete después de que pase la batalla.
–¿Por qué no antes?
–Porque… ¡Diablos!
–¿Qué?
–Nada… olvídalo.
Pero mi mente ya estaba a toda marcha imaginando la respuesta.
–Si me voy, significaría que fracasaste en tu trabajo y tú me dijiste que con los Vulturi, el fracaso no existe… Irían tras Annie, ¿verdad?
El silencio de Stanislav me lo confirmó.
–Me voy a quedar hasta la batalla y después me voy a ir. Te lo prometo.
Asintió con la cabeza, pero no dijo nada.
–Ahora lo entiendo…
–¿Qué cosa? –preguntó casi indiferente
–Por qué me ayudas y me cuidas, por decirlo de alguna manera. –Stanislav me miró confuso, sin seguir el hilo de mis palabras –Te recuerdo a tu hija, a Annie, ¿verdad? –La explicación a la que había llegado el por qué de su protección me desilusionó un poco, tenía que reconocerlo.
–¿Crees que te veo como a una hija? –dijo con una sonrisa sarcástica.
Sentí que las mejillas se me ponían tan rojas como un tomate. Tal vez su historia me había puesto tan sensible que ya veía camaradería donde no la había.
–¿No? Oh, lo siento… yo…
–Jamás podría sentir por ti algo tan filial… ¿Sabes por qué me gusta cuidar de ti aunque a veces eres bastante latosa, voluntariosa y cabezota?
Fruncí el ceño al escuchar la lindura de adjetivos calificativos de mi persona.
–No estoy segura si quiero oírlo.
De pronto me di cuenta que él y yo nos habíamos acercado bastante el uno al otro.
–Me gusta estar cerca de ti por esto…
Solté una especie de gritito ahogado cuando Stanislav me agarró por los hombros y me atrajo con fuerza hacia él. Aplastó mis labios contra los suyos, y por un momento, me quedé quieta, sintiendo el frio de aquella boca, la humedad helada de la lengua al deslizarse entre mis dientes. Los brazos de Stan me rodearon con más fuerza para acercarme más aún a él y sentí cómo la excitación se iba apoderando de nosotros.
La sorpresa se convirtió en sentimiento cuando algo cambió en la actitud de Stanislav, que subió las manos para acariciarme la cara y gimió. El beso se volvió dulce, empezó a seducir, además de exigir y el deseo surgió de la nada como brisa cálida. Cuando Stanislav saboreó las comisuras de mis labios y deslizó la lengua por mi labio inferior, sentí un cosquilleo por todo el cuerpo, envolviéndome en un calor intenso. El beso lento, lánguido se convirtió de nuevo en apasionado, y se lo devolví con una impaciencia fogosa, mientras mi propio deseo crecía con cada latido del corazón.
Inconscientemente, subí las manos por los botones de la camisa de Stan, las entrelacé alrededor del cuello mientras mi cuerpo empezaba a temblar de la anticipación. El debió notarlo, pues me acercó más a él, sentándome sobre su regazo de tal manera que envolví su cintura con mis piernas. Otro beso húmedo, ardiente y yo gemí en voz baja. Stanislav me besó un lado del cuello, mordisqueó el lóbulo de mi oreja y empezó a desabrochar los botones de la camisa que me había prestado. Sin apartar esos abrazadores ojos carmesí de mí, enterró sus manos entre mi cabello, enredando los dedos entre los mechones ondulados.
–Dios Mío, Atena….
Con un suave tirón, echó mi cabeza hacia atrás y me besó con más pasión, violando mi boca, tomándola con su lengua. Le devolví el beso con la misma pasión ardiente, estremeciéndome de pies a cabeza, acalorada, aturdida y debilitada.
Los acontecimientos de las últimas horas parecían haber quedado en el olvido. Era como si Stanislav y yo estuviéramos refugiados en una burbuja de deseo y necesidad, aislándonos de los problemas y el dolor que nos esperaba al otro lado de la puerta. Éramos simplemente un hombre y una mujer encontrando consuelo en los brazos del otro, buscando colmar la necesidad de sentirnos vivos, humanos, capaces de profesar algo más que terror y oscuridad.
Me lanzó una mirada interrogante, significativa…
Esperaba mi respuesta, una respuesta que cambiaría determinantemente el rumbo de mi destino.

38 comentarios:

  1. ¡Gracias, Dios mio! me tenias desesperada, pero la espera ha merecido la pena. ¡Vaya que sí! ¡Como se está poniendo la historia! es super emocionante, ya sabía yo que Nessie resistiría, pedazo de capítulo, no me extraña que tardaras en subirlo, ha sido increible. Gracias, muchísimas gracias desde España

    ResponderEliminar
  2. siiiiiii,, te espere,, y no sabs todo lo ke me paso,, me jackearon mi mail,y todas mis cuentas incluyendo mi bloog,,, casi muero porke no podia seguirte pero lo logre,, y otra vez te sigo con nuevo blog,, gracias,, por subir,,, un cap,, mas,,

    magenta,,,

    ResponderEliminar
  3. ay ,,, stan,,,,,
    y ahora,,,
    stan - jake
    stan - jake
    stan - jake....
    noooo ,,, ke dificill ,,,
    que va hacer cuando recuerde,, todo ,, porke cuando recuerde todo no olvidara a stan,, y cuando tenga ke elegir,,, ay no me voy a morir,,,
    estoy tan emocionada,,, no vivi totalmente el cap de hoy,, bueno me pasa con todos,, sera porke eres una gran escritora,,,

    ResponderEliminar
  4. nooooo! nunca me hubiera imaginado a Stan y nessie, su historia me hizo llorar me encanto, pero jacob ???
    estoy confundida
    muy padre capitulo , muchas cosas
    gracias!!

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. ahh me quedé exanime!!!!
    EXANIME=DESMAYO SIN CONSTANTES VITALES
    MUY MUY MUY BUENO MID , SABÍA QUE NO DECEPCIONARIAS..BUEN GIRO EN ESO DE QUE PRIEBE LA SANGRE PERO, SIN LUEGO TENER QUE CARGAR CON EL LASTRE DE SER UNA ASESINA.
    ESO SI SI ME DICES QUE DE FORMA REPENTINA , CUANDO STANV MIRA A SU ATENA BUCANDO CONFORMIDAD, Y LE PASA SUAVEMENTE SUS LABIOS POR EL LÓBULO OTRA VEZ, ELLA DA A LUZ OTRO RECUERDO SOBRE JABOB VOY Y ME CIRTO LAS VENAS.
    DEMONIOS SI EN SU CUERPO TIENE QUE HABER MÁS HOMONONAS NO CORRESPONDIDAS QUE GANAS DE BEBER SANGRE!!O SI STANV , AL NO VERLA PREPARADA DECIDE DEJARLE QUE REFLEXIONE,PUÉS POR FAVOR , SI ESTO OCURRE PÁSME LA DIRECCIÓN DE TÚ IMAGINACIÓN QUE HAGO MIS MALETAS PERO YA, Y ME VOY A VIVIR Y EXPLORAR ESE OASSIS QUE JAMÁS EN VIDA CONOCÍ...PORFA !
    AUNQUE HAY ALGO QUE HACE DECONFIAR SE STANV

    ResponderEliminar
  7. por que pobrecillooooooo

    ResponderEliminar
  8. PUES NO LO DUDES, AMIGA, AUNQUE CONFÍO EN QUE LES DARÀN CAZA APOLO Y SU GUARNICIÓN DANDO UNA BRUTAL PATADA A LA PUERTA (COSA QUE IMPEDIRIA QUE VOLVIESE A PECAR) A MÍ STANV NO ME CONVENCE, POR QUE , QUE CASUALIDAD QUE HAYA SIDO ELLA "NESSITENA" LA QUE DESPUÉS DE TANTÍSIMOS AÑOS SINTIENDOSE DESTROZADO POR LA MUERTE DE MAIA, LOGRE QUE ASÍ POR LAS BUENAS HACERLE OLVIDAR TODO; AUNQUE CLARO LOS HOMBRES ..Y ANDA QUE ELLA ,ES DESCONTROLADAMENTE MASCULINA Y ME ENCANTA,
    ESPERO QUE LE PONGA YA DE UNA VEZ SUS MANOS A LA CRA DE APOLO Y PUEDA DESCARGAR SU MALÉFICO PLAN..
    ESTOY GRATAMENTE SORPRENDIDA POR ALGUNAS DE NUESTRAS REACCIONES FRENTE A LA DECISIÓN DE MATAR O SER INFIEL. COMO SOMOS LAS MUJERES ANTE LO DEL AMOR V ERDADERO , PREFERIMOS QUE SE NOS HAGA UNA ASESINA , DAMOS MIEDO EH?
    Y POR MI PARTICULAR CONVENIO CON LA MUERTE DIGO: VIVA LA EUTANASIA Y M,ORIR CON DIGNIDAD.
    MID TENGO UN ESPECIAL INTER´´ES EN QUE TÚ HISTORIA SEA BUENA Y POCO PREDECIBLE, POR ESO TE PICO CON MUCHO CARIÑO (DESDE LA ADMIRACIÓN) PARA QUE NO SEA LA TUYA OTRA CONTINUACIÓN MÁS DE AMANECER VAGABUNDA ,COMO LAS QUE YA ABUNDAN.
    POR ESO ANNITA, ENTIENDE QUE ELLA TIENE QUE SABER...
    TIENE SU "PODER" DE CONTROLAR NUESTRAS SENSACIONES DE FORMA CONSENTIDÍSIMA POR SUPUESTO.Y ELLA DEBE SABER QUE TIENE LA SARTÉN POR EL MANGO Y DEBE CONOCER NUESTRAS OPINIONES; ELLA NO DUDO EN QUE SABE QUE ESTO LA FORTALECE.
    MID LO BUENO QUE TE OCURRA SERÁ PORQUE SIN DUDA TE LO MERECES...

    ResponderEliminar
  9. yo creo desorientada que tal vez sea buenoaunque tienes razon hai algo raro di tu que piensas
    besoootes desde españñña

    ResponderEliminar
  10. ES QUE NO LO QUERÍA DECIR, PERO QUE PASA SI TAN BUENO ES .. POR QUE NO LE REVELA SU AUTÉNTICA IDENTIDAD A REENEESSSME? YA QUE ESTÁ DISPUESTO A ¿AMARLA? Y DEJAR A LOS VOLTURIS TRAS LA PELEA,(PIENSA QUE SU HIJA SE SUPONE QUE SEGUIRÁ CON VIDA) PÚES POR QUE NO ACABA CON TODO YA!!! SI REALMENTE ELLA LE HA HECHO RESURGIR DE SUS INFIERNOS , QUE LE AYUDE A COMBATIR CONTRA LOS VULTURIS,
    BUAH! ESO SI QUE ESTARIA BUENO EH? AHÍ SI QUE SE ENCONTRARÍA EN UN DILEMA DESPUÉS...
    EL ES UN EGOISTA NO SI NE PONE TODO EL TERRENO LLANO PARA QUE ELLA OBSERVE Y ELIJA CAAMINO.

    ResponderEliminar
  11. a:DESORIENTADA:
    Me pones todavia mas ansiosa es verdad que somos un poco malas no lo habia pensado de ese modo pero si es cierto malvadasje,je,je
    ademas tambien puede hacerse con la sangre de los haspitales o comer animales,no definitivamente no parece de fiar

    ResponderEliminar
  12. MUJER, ESO YA SERÍA RECAER EN LOS TOPICAZOS DE LOS VAMPIROS HAY YA MUCHAS POELÍCULAS EN LAS QUE LO HACEN, MIRA EN "UNDERWORLD" LUCIUAN QUE ES HOMBRE LOBO LUCHA POR SU AMOR DE VAMPIRA SONYA. Y ESE SI QUE ES UN GRAN AMOR DURA ··3 PELÍCULAS , Y LA SIGUE AMAMDO A TRAVÉS DE LOS AÑOS Y LUCHANDO POR SER EL PRECURSOR DE LA UNIÓN ENTRE LICÁTROPOS Y VAMPIROS...
    TAMÍEN BLADE TIENE A LOS PURASANGRE, LOS CONVERTIDOS,....HAY QUE ENCONTRAR UN POCO DE PERSONALIDAD COMO HIZO STAPHANIE MEYER DANDO UN HIJO A UN VAMPIRO DE UNA HUMANA AUNQUE AHORA QUE LO PIENSO, CONOZCO TANTAS VERSIONES DE ETE TEMA LO BONITO ES PENSAR EN ESTA HISTORIA

    ResponderEliminar
  13. pues yo creo que debería tener algo con stan... sería tan fabulosoo
    dios mio que nada se lo impida! nos has dejado con la intriga..

    ResponderEliminar
  14. que se quede con Stan!!! es liiiiiiiiindo!!!

    ResponderEliminar
  15. noooooooooooo como ke se kede con stan ,,, chikas,, ke infieles por dios,,, osea no ve a jake un par de capitulos y ya... con stan, jajajaja

    ResponderEliminar
  16. que indecision!!! no se si decidirme por Stan o Jake... que emocion!


    Excelente el capitulo midnight... aqui estare al pendiente para cuando subas el siguiente...

    saludos!

    ResponderEliminar
  17. dios! q confucion!! y jake? ahora stan?
    ohh!! me voi a qdar sin dedos....es cierto lo q por ahi dicen es una obsesión!!!
    te qdo genial!!!

    ResponderEliminar
  18. Hola
    Aaaa
    Maravilloso....
    Este capitulo me dejo sin palabras...
    La verdad estuvo buenisimo...
    Como bien dicen, valio la pena la espera....
    Gracias por seguir escribiendo asi para nosotras...
    uff que hormonas las de Nessie...
    jajajja
    Entonces desorientada, crees k Stan es malo??
    Yo pienso k solo es un padre desesperado...

    ResponderEliminar
  19. Si bien es verdad que uno a esa edad anda saltando de flor en flor, lo que más me gusto de la historia de Steph Meyer, es que a pesar de los obstáculos, triángulos, distancias, lo que la caracteriza es el triunfo del verdadero amor!! Por eso, en mi humilde opinión, me encantaría que a pesar de las tentaciones del cuerpo, el corazón fuera el rey, jeje!!
    Por otro lado, creo que después de todo lo que tuvo que pasar Jacob para encontrar a su alma gemela, es decir, el sufrimiento por el rechazo de Bella y todo lo que espero y cuido de Nessie, creo que se merece el pobre poder concluir su sueño y no que su corazón se rompa para siempre.
    Como dije, es mi humilde opinión. Mid esta es tu historia, así que tu mandas, y hacía donde te dirijas, yo estaré ansiosa de seguir leyendo.
    Con cariño, Luce

    ResponderEliminar
  20. No lo puedo creer esta buenisimo este capitulo la historia de Stan esta muy triste casi lloro.
    Gracias por seguir escribiendo eres increible definitivamente soy Team Stan.

    ResponderEliminar
  21. Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh................!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Qee Horrorrrrrrrr....!!! lo siiento Midnight girl...=( no e leido tus capiis desde hace como 5 capitulos que horrorrr...!!!

    Lo ziiento de veras... Muxa preparacion para la universidad....Buuuu...peroo bueno comentare todo lo que no comente en los capiis anteriores...

    *Me pareceee interesanTiiiiiiiiiiiiiiisimo el personaje de Stanislav... es justo lo que Nessie necesiitaba para protegerla de los Vulturis...la hiztoriia va bueniizimaaa..!!!

    Muxizizizizizmas Felicidadesss...!!!

    Cada vez se vuelve mas interesantee...!=)

    Y el capi de ahoraa sumamente intensooo...! me encantó.... y ese afloramiento de pasión entre Nessie y Stan te quedó muy lindo... su personaje de serio y calculador me encantaa...!!!

    Mid se que ya te pregunté esto[ soy una chinchosa...] pero esqe volveras a escribir desde el punto de vista de jake??? esq te qdó taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaN lindo ese capitulo que me qde completamnte ilusionada con su manera de sentir las cosas...=)

    Solo es una preguntiita xikita....

    Como dicen lo buenO se hace esperar....y lo qe tu escribes es bueniiiziiimo...!!!

    a esperar el siguientee se ha dixo...definitivamente se a vuelto mi adiccion...

    jejeje Muxos saludos desde Perú..!

    ResponderEliminar
  22. ohh Dioz q tal testamento...=S

    ResponderEliminar
  23. psss me hhe hecho fan de stainslav por lo cual que nessi se quede con el xD aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah stainslav!!!!!!
    xD
    ya quiero leer el siguiente capitulo

    ResponderEliminar
  24. no porque con stan pero bueno es tu historia yo preferiria que fuera con jake pero bueno tu sabes lo que ases esta muy pero muy bueno esta estupendo

    ResponderEliminar
  25. Mid eres increible!! me encanto el capitulo y encima era bastante largo, como me gustan, gracias...
    Y bueno me alegro hayas podido combatir tu lapso creativo...jeje.
    El capi es el mejor de todos me encanto!!!
    Es igual de genial, de fuerte, de profundo que el de cuando el cumple de Nessy y todos esos recuerdos....
    Me encanto el giro que le diste con lo de los nazis muy buena idea, le da algo más de realidad...
    Y tendremos que esperar a ver que es lo que decide Nessy del curso de accion de esta noche!
    Ahora chicas no leyeron nada, no?
    Stan no le dice la verdad porque irian tras su Anna... Pero una de mis dudas, no estara haciendo efecto en estos momentos los poderes de Chelsea, aunque pensandolo bien Aro no tuvo mucho tiempo de pedirselo... o si?
    Esperemos no llegue Apolo con Demetri porque lindo lio se le armaria a Stan y Atena, jeje...
    Aaaa y me gustan las nuevas cansiones, la unica te pido no saques es: Dejame ir, me encanta ese tema!! Gracias Mid por tu historia y tu repertorio de musica, jeje...

    ResponderEliminar
  26. Wauuuu excelente la historia de stan si que me sorprendiste, hay no se ya con quien se quedara nessie? Lo único que puedo decir esque Stan es tan lindo, pero ay Jake pobrecito!!!! Gracias por escribir eres fantastica, las nuevas canciones estan lindisimas, me gustaria saber cual te inspiro para hacer este capi?????
    Mil gracias de nuevo!!!!!!

    ResponderEliminar
  27. Hola chicas... son las dos y 17 minutos de la mañana y sigo dándole vueltas... ¿a dónde va Renesmee/Atena y su vida? Ella y yo estamos bastante confundidas... ¿El primer amor es el genuino? ¿El destino está escrito en piedra? ¿O siempre tenemos el poder de cambiar nuestro camino? ¿Que elegir, el camino que ya parecía claro y trazado, o el incierto y algo sombrio? Tenganme paciencia, porque ahora sí que la historia, como la vida misma, es toda una encrucijada.

    Me alegra que les haya gustado el nuevo menú musical, acomodado especialmente para este capítulo. La historia de Stan se me empezó a ocurrir al escuchar "Tears in heaven" y recordar la historia detrás de la canción (Eric Clapton se la compuso a su hijito de 4 años que murió al caer desde el piso 53 de un rascacielos)... Y "Fui", "Save you", "Never say Never" me ayudaron a mantener la "onda melancólica".

    ¿Saben? De todas, mis dos canciones favoritas son "Dejame ir", porque de cierta manera creo que identifica los tormentos amorosos por los que pasa Nessie; y la otra es la de "Se te olvidó", la escucho y me imagino a Jake retorciendose del dolor por la desaparición de Renesmee.

    ResponderEliminar
  28. Hola Mid! la decisión que tomes estará bien, es tu historia, tu imaginación, lo que tu quieras hacer.. bien hecho estará,seguiras con nuestro apoyo, por lo menos el mio!

    En cuanto a tus preguntas, creo que puedo responderte desde mi punto de vista a alguna de ellas... no se si es lo correcto, pero es lo que creo por propia experiencia...
    ¿El primer amor es el genunino? no, la mayor parte de las veces, la situación cambia, las personascambian, y por muy enmorada que estás de ese primer amor, la mayor parte de las veces acaba en ruptura... antes si, en otros tiempos quizas... pero ahora, ¿cuánta gente permanece con su primer amor? poca muy poca, pq el primer amor lo solemos tener cuando somos jóvenes, y solemos cambiar bastante, eso no kiere decir que lo guardemos con cariño.....
    ¿El destino escrito en piedra? No lo se, mi opinión es que cada uno somos dueños de nuestros propios actos y nuestras propias decisiones, dependiendo a kien leas te dirá una cosa o te dirá otra.... sabes? W. Churchil decia "Somos dueños de nuestro destino, somos capitanes de nuestra alma" ....pero en caso de que el destino esté escrito en piedra... en tu historia... ¿quién estará grabado jake o stan? ¿entiendes? Todo depende de ti, mid...
    ¿Que elegir, el camino que ya parecía claro y trazado, o el incierto y algo sombrio? y yo pienso... ¿desde cuando el camino supuestamente trazado es claro? Todo es un misterio en esta vida, nunca sabes lo que ocurrirá hasta que lo haces..... ¿alguna vez estuviste entre dos amores, el "chico amable y maravilloso" y el "chico malote y super sexy"? Depende de la persona... cada uno hace su elección unas veces es para bien y otras para mal...

    Lo dicho, haz lo que creas mejor, es tu historia... espero haberte aclarado algo, pero temo haberte hecho dudar mas...

    Yo no tengo una creatividad tan rica como la tuya, pero sabes lo q pense yo cuando lei tu historia? Stan me recordaba a Edward... y pensé que qizas Nessies si llegara a algo con stan, pero en la batalla, Nessie recuerda todo y se encuentra en una encrucijada,porq kiere a los dos y no kiere hacer daño a ninguno.. pero en un ataque de uno de los vulturi para acabar con nessie, Stan la protege y por ello acaba en la hoguera... en cuanto a si Nessie y Stan puedan estár influidos por el poder de Claire... no lo se...

    Mid todo está en tus manos...

    Mucho animo desde España

    Nije (perdona por este pedazo texto!! ajaj)

    ResponderEliminar
  29. wauuu..me encanta el capituloo sin palabras precioso. pero estoy muy confusa nosee que pensar porque me gusta stan pero no tiene la familiaridad de jacob (con 4 libros de adelanto y personalmente lo prefiero a el) ahora estan en tus manos mid..pero en lo que estoy segura es que no nos vas a decepcionar. no sabes lo q anhelo un abrazo de renesme cn su familiaa.. y lo que si no podria soportar esq uno de estos muriera..
    muchos ebsos desde españaaaaaaa! muchas gracias x el capii.! te adorooo

    ResponderEliminar
  30. Hola midnight!

    Me imagino la encrucijada en la k te encuentras....
    La verdad, en lo personal, me encanta Stan, pero Jacob es Jacob....

    A mi Stan me recordó en ratos a Edward, no seeee.....tal vez Nessie se sienta atraida a el por ese parecido con Edward (no en el plan fisico, sino mas bien sentimental y su forma de ver las cosas), además que es meramente físico, creo yooo porque con Jacob tiene más cosas en común k los unen...
    Y si se siente atraída x Stan es por la falta de Jacob.

    La verdad, tbn imagine asi como ya lo comentaron antes, asi de k en plena batalla Stan defienda a Nessie y muera o algo asi, pero mi pregunta es: Qué pasará con Jacob??? Sólo tú tienes la respuesta a esa y muchas interrogantes mas que tenemos tus seguidores de esta maravillosa obra tuya!!

    Y lo k decidas será bien recibidoo
    Saludos y besos desde Monterrey!
    Y k tengas una buena etapa de creatividad para k nos sigas deleitando con este relato! XD

    Bye, cuidate ♥

    ResponderEliminar
  31. Stan y Nessie ""lo acen""???
    me encantannnnnn pero... i Jakee????

    ResponderEliminar
  32. Realmente es un verdadero dilema lo del primer amor!!!
    Creo que hay una diferencia entre el primer amor y el primer enamoramiento. El primer amor no necesariamente tiene que ser la primer persona por la cuál sentimos algo, porque coincido con Nije, muchas veces eso sucede siendo muy jóvenes. Y la vida es muy larga, y en el transcurso de ella uno cambia demasiado.
    Para mí, el primer amor es ese que no importa cuando ni como, te va acompañar toda la vida. A veces, tenemos la dicha de tenerlo a nuestro lado desde el primer día que lo conocemos hasta el último, Y a veces, el destino hace que no sea así, pero a pesar de eso, nunca se olvida.
    El primer amor se tiene siempre presente en el corazón, porque estamos eternamente ligados a el. Y aunque conozcamos a otras personas, nada ni nadie lo supera.
    Pero como hay una infinidad de seres humanos también hay diversidad de conceptos sobre lo que es el amor y de maneras de amar.
    Así que Mid, esta solo en tus manos (y en tu frondosa y tan celestial imaginación) la manera como estos personajes encontrarán la suya.

    Por mi parte, seguiré fielmente aguardando el próximo cápitulo.
    Con cariño, Luce.

    ResponderEliminar
  33. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.... Espero k no lo hayan hecho.... no lo consibo....... Ella es para Jake..... No por favor........

    ResponderEliminar
  34. me imagino q se debe de sentir algo como "hecho de menos algo pero no se el que.." ami me gusta stan pero esq jake..jake es JAKEE! joo ha estado toda su vida cn nessie como hermano como amigo y cuandoo estaban dando el paos mas importantee..joo a mi me da mucha pena la verda lo kieroo(L)mid animo cn la historia espero un gran gran gran fianl se q puedes =D no lo dudooo! te he dicho lo mucho q em gusta tu historia y como escribes y q te admiro como a nadie? pues te lo repitoo =) besos desde españaaa!

    ResponderEliminar
  35. desorientada, que tal si te haces tu propia pagina si? así comparamos tu historia con la de midnight_girl, si esq es posible, vale?


    respecto al capitulo, casi me da algo al leer la descripción de su historia, es tan bonito :(
    Este es el mejor fanfic de todos, no hay cosas raras como en los demás...
    Me encanta como lo cuentas, es tan...imprevisible? no sé como explicarlo...pero me encanta... :)
    Espero con ansia el proximo

    ResponderEliminar
  36. esta genial!!!
    como siemre Nessie i sus
    hormonas jajajajajaja
    me encanto este capitulo
    el final me dejo comiendome
    las unas!!!
    ia qiero el siguiente
    ojala i no nos hagas esperar
    tanto como con el anterior
    jajajajajjaa toda desesperada
    bueno besitoss!!!!

    ResponderEliminar
  37. Mid iensalo bien Jacob adira a Renesme no es justo k lo haga con Stan nooooooo por favor nooooooooo

    Jcob es tan lindo kd seguro si se entera de lo que hara REnesme dejara k elija y eso esta super bien pro k elija cuando recupere sus recuerdos n o antes noooo

    ya lo habias escrito en capitulos anteriores Nessie sabia k nunk jamas amaria a alguien mas como a Jacob, piensa bien lok escribiras ojala que ella noc entregue a el; en mi muy particular opinion seria mejor k su 1a vez fuera con su verdadero amor y no con su protector, niñero y seductor maestro...

    por fa no tardes es subir el sig capitulo esto ha quedado muy interesante....

    ResponderEliminar
  38. nooooooooooo, me encanta tu historia , pero no me gusta q Nessie se deje llevar tan facilmente, ella tiene q ser de Jake, el no se merece esto, el la ama mas q a su vida , no se merece q no lo vuelvan a elegir!!! nada la hizo acordar a jake???? da la impresión q se dejaba x cualquiera q la avance, jajaj, no pasó nada con Jake xq el la respetó

    ResponderEliminar

Dejen sus comentarios!!

Añadir/Share

Bookmark and Share