Disclaimer

Nombres y personajes de esta historia son propiedad de Stephanie Meyer (menos los que no salieron en la saga original). Lo único mio es la historia que va uniendo a tan maravillosos personajes.
Esto es un homenaje a una de mis sagas favoritas, sin fines de lucro, por mera distracción.

sábado, 28 de febrero de 2009

CHARLA ENTRE CHICAS

–Lo extrañas, ¿verdad? –señalé con mi brazo el paisaje que nos rodeaba. Estábamos a pocos metros de la cabaña de mamá.
–Sí, no te lo voy a negar. Regresar a Forks después de algunos años me ha puesto melancólica –La voz de mamá estaba cargada de cierta nostalgia, lo mismo que sus ojos ambarinos. –Visitar a tu abuelo hace rato me hizo recordar tantas cosas y me hizo darme cuenta de cuánto amo este lugar, de cuánto les extraño a él y a tu abuela.
Tomé la mano de mi madre y unos destellos de recuerdos muy lejanos se descargaron en mi mente. Era del primer día de clases en Forks; mamá se sentía cohibida por toda la atención que despertaba en el resto de los chicos. Luego, otra escena pasó por mi cabeza: la primera vez que ella vio a mi padre.
Wow” dijo mi mente al experimentar el impacto que fue para mamá encontrarse con el hermoso rostro de Edward Cullen; había sido como recibir una descara de 10 mil voltios.
Los recuerdos que podía “descargar” de la mente de mi madre eran los únicos que me llegaban envueltos en una especie de bruma y algo entrecortados. Había llegado a la conclusión que esto se debía a su transición de humana a vampiro. Porque ella había tenido dos existencias, y en la transición, lo vivido como humano se había deslavado de su memoria, mientras que sus recuerdos a partir de su conversión se iban adhiriendo con fuerza a ella.
Los recuerdos de los humanos me llegaban con claridad porque ellos solo habían tenido una sola existencia, tal como el abuelo, Jacob o cualquiera de los chicos de La Push, porque aun cuando se transformaban en lobos, la licantropía era algo inherente a ellos, la transición no era el choque que representaba pasar de humano a vampiro. De hecho, los recuerdos del resto de mi familia eran tan claros porque sus años como humanos era pocos comparados con sus años de vampiros.
–El abuelo se emocionó tanto al verte… estuve a ponto de ponerme a llorar.
Mamá sonrió, probablemente ella también hubiera llorado de la emoción si hubiera sido posible.
–Sí, yo también me emocioné al verlo, al estar en casa de nuevo. ¿Sabes?, la casa del abuelo no ha cambiado en nada; sigue tal y como era mientras vivía ahí.
Recordé cómo mi madre había ido recorriendo cada rincón de la casa, tocando todo a su paso. Nunca había visto tanta melancolía en su mirada, tanta añoranza.
–¿Por qué lloras, Renesmee?
¿Cómo explicarle a mi madre que algunos retazos de su pasado como humana se iban colando en mi mente? ¿Cómo explicarle que las lágrimas de melancolía que ella no podía dejar salir, las estaba llorando yo por ella? ¿Cómo decirle que entendía su dolor por estar lejos del único pariente que le quedaba de su vida pasada? ¿Cómo explicarle todo eso sin contarle lo que ahora mi don me permitía hacer? Era algo que me había guardado para mi, por el simple deseo de tener algo que fuera muy mío, un secreto que solo me perteneciera a mí, algo que pudiera estar oculto aún de la extraordinaria capacidad que tenía papá para escuchar los pensamientos de los demás.
–No sé, mamá… tal vez tantas emociones en un solo día por fin hacen mella en mi.
Mamá me rodeó con su frío brazo alrededor de mis hombros, y a pesar de su helada temperatura, el refugio de los brazos de mi madre era el lugar más cálido que podía haber en el mundo, y cuando estaba entre ellos, aunque era unos centímetros más alta que ella, me sentía pequeñita y protegida.
Por primera vez me detuve a pensar si lo de vivir por mi cuenta una temporada sería lo correcto. Al entender el dolor de mamá por no poder estar cerca de todos aquellos a los que amaba, me hizo ver que yo no había pensado a profundidad en lo que iba añorar a mis padres, abuelos y tíos.
Llegamos hasta la cabaña donde vivimos mis padres y yo. Al abandonar Forks, mamá no quiso desmantelar nuestro hogar, no permitió que ni un solo cuadro o mueble fuera sacado de ahí. Se limitó a cubrir todo con enormes lienzos blancos, para protegerlos del polvo. Nunca me había detenido a pensar el por qué de su decisión, pero ahora lo entendía: ese acto era como una vela encendida a la esperanza de regresar a Forks algún día no muy lejano.
–Imagino que no han bandalizado la casita porque está prácticamente escondida en el bosque– pronunció maravillada de encontrar todo tal y como lo dejó, salvo por el polvo que cubría los objetos y los muebles.
–A lo mejor.
–¿Recuerdas cómo te gustaba jugar en el estanque que está detrás?
–Sí –sonreí– El pobre de Jake tuvo que correr tras de mi un montón de veces para evitar que me lanzara de cabeza en el… –de pronto, recordé algo –Me pregunto si todavía estará el columpio que puso papá, ¿lo recuerdas? El abuelo Carlisle me había puesto uno en uno de los árboles del jardín de la casa, y yo no dejé en paz a papá hasta que no conseguí que me instalara uno aquí. Claro que como a papá le gusta hacer todo a lo grande, el que construyó era uno tan grande que cabíamos perfectamente los tres.
–Vamos a echarle un vistazo, ¿qué te parece?
Mamá sonrió y salió disparada hacia la parte trasera, conmigo pegada a sus talones. Cualquier espectador podría pensar que éramos un par de adolescentes divirtiéndose. Pero éramos madre e hija retomando su habitual relación.
Yo adoraba a toda mi familia, no podía imaginarla sin uno sólo de sus miembros, y si bien, sólo compartía lazos de sangre con mis padres, todos los Cullen éramos una inmensa masa humana pegada por el amor, la camaradería y la confianza que sentíamos los unos por los otros. Todo sería perfecto si el abuelo Charlie pudiera formar parte de todo eso, pero era algo que no entraba a discusión: por su propia seguridad, jamás debía conocer nuestro secreto. Y pensar en convertirlo en vampiro, mucho menos; en primera, porque no creía que el abuelo Charlie pudiera llevar ese estilo de vida, no lo visualizaba en ello. Segundo, porque mi madre jamás lo permitiría. Así que el abuelo tendría que transitar por este mundo lo que su vida durase; pensar en su mortalidad humedeció mis ojos de nuevo.
Llegamos hasta el árbol donde todavía colgaba el balancín de tres plazas que hacía unos años papá con ayuda de Jake y del tío Emmett habían construido para mí. Mamá se sentó en el y abrió sus brazos hacia mí; me senté a su lado y me hizo un ovillo acurrucándome como una niña pequeña.
Nos balanceamos ahí por quién sabe cuánto tiempo en silencio, dejando que el viento jugara con nuestros cabellos. No necesitábamos rellenar el silencio con cháchara superficial, podíamos estar así por horas, pues mamá y yo siempre habíamos sido tan unidas, tan confidentes.
–Ma… ¿cómo fue que tomaste la decisión de dejarlo todo por estar con papá? –dije de pronto.
–No fue algo que tuviera que pensar mucho. Desde el momento en que conocí a tu padre, sabía que significaría algo grande, algo inmenso en mi vida y cuando descubrí que lo amaba y que él me correspondía, en ese momento supe que mi destino es estar con él, sea cual sea ése destino… Imagino que esa pregunta tiene que ver con tu relación con Jacob, ¿no?
–Creo que sí. –contesté después de pensarlo un momento –Aunque tenemos una semana de novios formales, la verdad es que siento que… ¿cómo explicarlo? No sé, como si fuera algo que ya estaba escrito, el estar juntos. Tal vez porqué lo conozco de tiempo atrás, o porque de plano estoy algo chiflada, pero es como si nuestra relación fuera más larga, no sé si me entiendes.
Mi madre guardó silencio ante mis palabras, ¿habría algo de lo que dije que la haya molestado? Por la posición en la que estaba sentada no podía ver su rostro, así que supuse que tal vez no encontraba la forma de digerir que su mejor amigo fuera el novio de su adorada hija.
–¿No crees que van un poco rápido?
–¿Lo dices por lo de esta mañana? –el recuerdo me provocó cierto rubor. Probablemente me sonrojaría cada vez que me acordara en el futuro.
–Por eso y por todo… Tal vez no sea la mejor para opinar al respecto, tal vez por fin empiezo a entender a mi padre, pero la verdad es que me da miedo esta dependencia emocional que estás desarrollando por Jacob.
–¿A qué te refieres con eso, mamá? –sus palabras me hicieron enderezar la postura para mirarla a la cara.
–A la forma en que te comportas cuando estás con Jacob; es como si fueras un satélite y él el planeta sobre el que giras y del que no puedes alejarte.
No me gustaba nada como sonaba eso, parecía que era una patética co-dependiente emocional.
–No es una crítica –dijo con un suave tono –sólo que no quiero que sufras. Como te dije, yo sería la menos indicada para hablar del tema, porque siempre ha sido así entre tu padre y yo; si todo sobreviviera menos él, el mundo se acabaría para mí. Si todo muriera pero él fuera lo único que permaneciera, sería como si el mundo siguiera en pie. Amarle de esta manera ha sido algo maravilloso, pero también tuvo sus tintes de dolor. Y eso es lo último que quisiera que te sucediera.
A mi mente vino aquel recuerdo del abuelo Charlie, donde se veía a mi madre tan descompuesta, tan desecha que me había preguntado qué era lo que había sucedido para que estuviera en ese estado, había llegado a pensar que había estado enferma. También recordé lo que me dijo el abuelo hacía apenas un par de días
Ella y Edward rompieron un tiempo y tu madre se puso realmente mal. No sabes cuánto sufrí al verla apagarse cada día… es duro, tanto para quien sufre la separación como para quienes le rodeamos. No permitas que te pase eso a ti
–¿Te refieres a cuando papá y tú rompieron?
–¿Cómo sabes tú de eso? –mi madre me miró sorprendida
–El abuelo me dijo que ustedes habían roto un tiempo y que tú te pusiste triste. No profundizó mucho en el tema realmente. Verás, él también me aconsejó sobre no permitir que mi mundo empezara y terminara con Jacob Black.
–Vaya
Fue todo lo que se limitó a decir. Nos quedamos en silencio, cada una sumida en sus propios pensamientos.
–¿Por qué?
–¿Por qué, qué?
–¿Por qué rompieron papá y tú? No me lo puedo imaginar. No me cabe la idea de ustedes dos lejos el uno del otro.
Mamá esbozó una risa torcida y elevó su mirada al grisáceo cielo.
–Tu padre creyó que lo mejor que podía hacer por mi era alejarse. Creía que yo tenía el derecho de vivir una vida humana como todos: crecer, casarme, tener hijos… Nos sacrificó a los dos por lo que él creía que era mi bien; pero al final, tuvimos que estar juntos, era algo irremediable. Nos necesitábamos para poder seguir existiendo.
Me sentía identificada con el relato de mi madre. Porque yo sentía lo mismo por Jacob, algo dentro de mi me lo gritaba a voces. Sólo que yo no veía una razón para separarnos, pues ambos éramos inmortales y compartíamos el hecho de ser mitad humanos, mitad monstruos.
–Mientras estuviste alejada de papá, ¿hubo alguien más?
Pude ver en sus ojos que mi pregunta la había tomado por sorpresa.
–Nnn-o… claro que no –Su titubeo me llamó la atención –Mi corazón siempre latió por tu padre, y lo sigue haciendo, sólo que ahora en un sentido más bien metafórico.
–¿Fue entonces cuando Jacob y tú se volvieron tan amigos?
Sabía que mamá lo había conocido por medio de la amistad que unía al abuelo Charlie y a Billy Black, pero el cómo inició la amistad de mamá y mi novio, era una historia que no conocía a fondo.
–Errr.. sí –otro titubeo, ¿en qué estaría pensando mi madre? Puse mi mano sobre la de ella para tratar de descargar sus recuerdos, pero no pasó nada. No podía dominar aún mi don, así que las “descargas” se producían cuando menos lo pensaba. Si lo quería hacer a propósito, parecía que se bloqueaba –Jacob fue un buen amigo, un gran apoyo para sobrellevar la ausencia de Edward.
–¿Y su novia de entonces no puso peros por su amistad?
–Mmm, en ese entonces Jacob no tenía ninguna novia, no hubo ese tipo de obstáculos en nuestra amistad.
–¿En serio? ¿Y después? ¿Le conociste alguna relación?
–¿A dónde quieres llegar exactamente, Renesmee?
–Es que… –dudé un momento si seguir o no en esa dirección. Pero ya había despertado la curiosidad de mamá, así que dudaba que me dejara salir por la tangente, así que seguí por donde iba con mis preguntas –tengo curiosidad… Verás, hace unos días supe lo que era lo de la impronta para los quileutes –mamá se puso tensa nada más escuchar “impronta”, trató de disimularlo, pero yo me di cuenta de ello.
–¿Si? Y... ¿cómo supiste del tema? ¿Jacob te lo dijo? –aunque lo dijo con aire casual, casi podría jurar que mamá estaba ansiosa por escuchar mi respuesta.
–Sí, Jacob me contó cuando le pregunté por qué Quil prácticamente se dejaba tratar como felpudo por una niña de doce años –mamá pareció relajarse al escuchar mi respuesta, sólo para volverse a tensar, a pesar de su esfuerzo para que yo no lo notase, cuando dije a continuación –Le pregunté a Jacob si él ya se había imprimado de alguien.
–¿Y… y qué te contestó?
–Me dijo que hacía tiempo, pero que las cosas se habían quedado en el aire. Al parecer no era su momento de estar juntos. En fin, tengo curiosidad por saber de quien se trataba y pensé que tal vez tú…
–Que tal vez yo supiera algo al respecto –finalizó la frase por mi –Renesmee, creo que eso es algo de lo que tendrías qué hablar con Jacob. No creo que yo sea la indicada para hablarte de esas cosas tan privadas de la vida de tu novio.
–¿O sea que no me vas a decir?
–O sea que no me voy a meter.
–¿Por favor?, o ¿tan siquiera podrías decirme si Jacob amó a alguien más antes que a mi?
Aunque realmente no es seguro eso de que te ame” dijo mi conciencia.
¿Por qué mamá se mostraba tan incómoda con mis preguntas?
–Hija, no… no pienso hablar de eso contigo. Es algo que Jacob te contará cuando él lo crea conveniente. Además, no hablaría bien de mí contarte cosas que no me corresponden, sería traicionar su amistad, algo que valoro mucho y que no se lo merece. Sólo te puedo decir que Jacob es un gran hombre y que todo te lo dirá a su tiempo.
–Vaya, así que mi novio siempre ha sido un buenazo en toda la extensión de la palabra.
–Sí, Jacob siempre ha sido un buen chico, aunque antes pecaba de imprudente e inmaduro, pero con el tiempo, se ha convertido en alguien responsable y digno de toda confianza. No te voy a mentir, no asimilo del todo tu relación con él, pero me alegro de que estés con Jacob. Me agrada que encontraras alguien lo suficientemente bueno para ti.
–Gracias, mamá… yo tampoco te voy a mentir: estoy loca por él y me preocupaba mucho la reacción de ustedes. Si papá y tú se hubieran opuesto a nuestra relación o si me hubieran puesto a escoger entre ustedes y él, me hubieran roto el corazón.
–Jamás te haríamos pasar por algo así, eso sí te lo puedo jurar. Tu felicidad es lo más importante para tu padre y para mí, sea cual sea el camino que elijas. Y hablando de caminos, ¿podrías explicarme exactamente a qué viene eso de querer vivir sola? Y no, no es un reproche, sabes que te apoyamos en todo, pero quiero entenderlo, tal vez así me ayude mitigar el hecho de que no estés cerca de nosotros.
Me volví a acurrucar en los brazos de mamá antes de contestarle.
–Como ya les había dicho, es una idea que me viene dando vueltas desde hace tiempo. Es algo que quiero experimentar.
–¿El qué?
–Lo que es ser un simple ser humano. No es que reniegue de la vida he llevado, pero a veces me es difícil llevar una doble vida.
–¿Te refieres a mentir de la puerta de la casa hacia fuera, para proteger el secreto que nos rodea?
–Sí, mira… ¡demonios!
–Renesmee, sin maldiciones
–Perdón, es que me desespera no saber cómo explicarlo sin hacerme “bolas” yo sola.
–Una idea a la vez tal vez te ayude.
–Es que, a veces para mi es un poco confuso todo. A veces mi mente no acepta que mis padres sean dos seres que en el reflejo del espejo luzcan igual o más jóvenes que yo.
–¿No nos aceptas como tus padres?
¡Maldición, maldición y mil veces maldición! Estaba lastimando a mamá, lo noté en el tono de su voz.
–No es lo que quise decir, mami… Los amo más que a nada en el Universo entero. Sólo que a veces me siento perdida o confundida cuando más de la mitad del día, cuando estamos rodeados de los humanos, ustedes son “Bella” y “Edward”, mis primos segundos por parte de la tátara tía de Esme, y luego, entre las paredes de nuestra casa, pasan a ser “papá” y “mamá” y a veces se me olvida cuándo son una cosa y cuando otra. ¿Sabes lo difícil que era para mi que no se me saliera un “mamá” o “papá” delante de la gente? O ¿tienes idea de lo mal que me sentía cuando por costumbre les decía “Bella” y “Edward” a ustedes y ponían una mueca? Sé que a ti te lastima que te llame por tu nombre de pila, pero a veces yo misma ya no sé en dónde empieza la verdad y dónde la mentira para proteger nuestro secreto. Tal vez te hiero con mis palabras, y lo siento de verdad, pero también tienes derecho a saber cómo me siento yo con todo esto.
–¿Y por eso quieres alejarte de nosotros?
–No mami, jamás pensaría en alejarme de ustedes, eso es algo que nunca va a pasar. Ustedes son mi familia, los voy a amar hasta el último día de vida en este planeta, pero también quiero un tiempo sin tantas complicaciones. Te voy a ser honesta: me siento tan pérdida a veces, porque no sé quien soy en realidad. Soy la mitad de algo, pero a la vez, la mitad de nada. Comparto cosas con los humanos, pero no se puede decir que soy una; comparto cosas también con los vampiros, pero tampoco se me puede definir como tal. ¿Entonces, qué soy? ¿Cuál es mi lugar en este mundo? Por eso sentí una emoción tan especial cuando conocí a Awka y supe que era como yo. Sentí que no estaba sola, que había alguien más con quien pudiera compartir esto que siento, porque me iba a comprender mejor que cualquiera.
Mi madre guardó silencio, como meditando mis palabras.
–Renesmee, tal vez yo no pueda comprenderte del todo como tú dices, pero sí te puedo decir que pase lo que pase, decidas lo que decidas, tendrás mi amor y mi apoyo incondicional. Nada puede cambiar eso, nada puede cambiar el amor que siento por ti.
–Gracias mamá –Sonreí con una mueca algo triste –Aunque, la verdad, ver la forma en que tú y el abuelo se extrañan, aunque traten de ocultárselo el uno al otro para no hacerse sufrir, me puso a pensar si podré soportar estar lejos de ustedes tanto tiempo. Sé que suena bastante inmaduro querer tener todo aquello que se desea, pero ojala hubiera una forma de encontrarme a mi misma sin tener que estar lejos de ustedes en el proceso.
–¿Y es solo por eso? ¿Jacob no tiene nada qué ver en tu decisión de quedarte en Forks?
–Sí, una parte de mi decisión de quedarme es por él. Aunque Jake puso el grito en el cielo cuando le conté mis planes, de hecho amenazó con llamar a mi papá y suplicarle que me cancelara las tarjetas de crédito y que me obligara a regresar con la familia.
–En eso, me recuerda bastante a tu padre… serían capaces de encerrarnos en una burbuja de cristal con tal de que no nos pasara nada malo, ¿verdad?
–Sí –sonreí al imaginarme la escena en mi mente –Y ni te digo cómo se puso cuando le dije que planeaba vivir sola en la casa Cullen… Si lo hubieras visto, te habrías reído de él.
–Tal vez, pero volviendo al tema, eso de que quieras quedarte por Jacob, nos lleva de regreso al tema de “hacerlo el centro de tu vida”.
–Ya sé, y probablemente tengas razón, pero ¿qué hago? No puedo estar lejos de él, y no puedo pedirle que abandone su tierra, su familia, su negocio por mí. No sería justo.
–Pero es algo a lo que eventualmente tendrán que enfrentarse. Tú no puedes permanecer mucho tiempo en un mismo lugar, porque ¿cómo explicarías el hecho de no envejecer? Y Jacob se enfrenta a lo mismo por ser licántropo. Jacob tiene que enfrentarse al hecho de que su tiempo en la reserva no va a ser muy prolongado. Para quedarse tendría que renunciar a seguirse transformando, tendría que renunciar a ti y dudo que lo haga.
Deseaba tener la misma fe que mi madre parecía tener en mi relación con Jacob. Porque en mi corazón cada día se hacía más fuerte el deseo de pasar la eternidad al lado de mi licántropo favorito.
–Para tomar una decisión así, supongo que tendría que estar profundamente enamorado de mi, de amarme por lo menos la mitad de lo que te ama papá.
–¿Y no está enamorado de ti?
–No lo sé, no hemos hablado de ello… y yo soy lo suficientemente cobarde para preguntarle, porque me da miedo su respuesta.
–¿Por qué?
–Porque yo si lo amo.
Mamá no pareció sorprenderse con mi respuesta.
–¿Sólo una semana te ha bastado para saberlo?
–No, no es así. Hace dos años que empecé a enamorarme de él, pero hace un par de meses que pude ponerle nombre a lo que sentía por él. Lo duro fue que él se había ido ya de nuestro lado.
–Supongo que lo de visitar a tu abuelo, solo fue un pretexto.
–En parte. Era cierto que tenía muchas ganas de ver al abuelo y pasar un tiempo con él, pero reconozco que también quería ver a Jacob y comprobar por mi misma si mi amor era algo real o sólo un producto de mis ensoñaciones. Y cuando me reencontré con él bastó para saber la verdad, que no va a ver nadie más a parte de él. Tal y como tú lo supiste cuando conociste a papá.
–¡Vaya! Sí que las mujeres Swan estamos hechas del mismo molde. Tu abuela era como nosotras, igual de entregada a la hora de amar a alguien –mamá volvió a sonar un poco triste al recordar a mi fallecida abuela Renee.
–Hablando de eso, ¿puedo hacerte una pregunta?
–Dime…
–Este, verás… o sea, te prometo que me da pena preguntarte esto, no sé que vayas a pensar..
–Dime, anda, ¿qué traes en esa cabecita?
–¿Cómo era la relación física entre papá y tú? –en cuanto las palabras salieron de mi boca, sentí enrojecer de nuevo y me arrepentí de haber formulado los detalle –Olvídalo, olvídalo… no me interesa saberlo, no quiero tener una imagen así de ustedes… ¡iugggg!
Mamá empezó a reír a carcajadas.
–Imagino por dónde vas, pero… ¿tú y Jake…? Lo que vimos esta mañana….
–Él y yo, nada de nada. Sigo tan casta y pura como el día de mi nacimiento, es sólo que… a veces… ¡mamá, esto es bochornoso! ¿Podemos cambiar de tema?
–Bueno, yo tampoco me siento precisamente cómoda hablando de la vida sexual de mi hija –al escucharla, probablemente mis mejillas había pasado del rosado al rojo carmesí –¡Ahhh! Ya entiendo a qué se refería tu padre con eso de “tu hija y sus hormonas”.
–Mamá…
–Nena, es algo muy normal y ya habíamos tenido una charla parecida el año pasado, cuando estabas por entrar al último año del instituto.
–Sí, pero en ese entonces no tenía novio y no me pasaba por la mente tenerlo…
–Hija, nuestra naturaleza vampírica va a acompañada de una exaltación de todos los sentidos que poseíamos cuando éramos humanos, o en tu caso, que heredaste de mi condición humana. Nosotros poseemos una vista mucho más aguda, un oído y un olfato mucho más sensible. Y lo mismo se aplica al gusto y al tacto. Una vez tu padre me dijo que para los vampiros era muy fácil distraerse, y eso es porque nuestros sentidos están maximizados, nos podemos perder en todas aquellas sensaciones placenteras que percibimos por medio de ellos.
–O sea que si un beso con Jacob se nos va de las manos, no es porque sea una loca ninfómana o mi nivel de hormonas sobrepase la media, sino porque es parte de mi naturaleza, ¿o algo así?
–O algo así… pero eso no es una excusa para comportarse irresponsablemente. Puedo tratar de ir sobrellevando la idea de tu relación con Jacob, lo que definitivamente no podría manejar es la noticia de que me vas a hacer abuela. Y ni te explico cómo se pondría tu padre…
–¡No, no, no! Calma, calma, que de ninguna manera me ha pasado por la mente algo así… y despreocúpate, que Jacob es bastante chapado a la antigua y me hizo prometerle que antes de pensar en dar cualquier paso más serio en nuestra relación, vamos a darnos el tiempo necesario para cimentar bien las cosas entre nosotros.
–Me alegra escucharlo… no quiero que te apresures, quiero que disfrutes de la vida todo lo que puedas, total, tienes la eternidad para llenarme de nietos que cuidar.
Sonreí al imaginar a mamá rodeada de por lo menos unos cinco niños de diferente tamaño, todos idénticos a su padre, Jacob Black. Pero esa imagen también despertó otras dudas en mi, ¿tendría ese futuro mi relación con Jake? ¿Cómo serían los hijos de un semi-vampíro y un licántropo, dos especies enemigas en papel? Porque en eso no me había detenido a pensar, si nuestras naturalezas nos permitirían tener hijos en un futuro, o si nos permitirían tener algún futuro siquiera. No quise abundar más en ese derrotero, sobre todo cuando la tía Alice preparaba una fiesta para dentro de tan pocas horas, y si me permitía profundizar en esos pensamientos, lo más seguro es que terminara triste y deprimida. Ya habría un momento más propicio para pensar en ello.

10 comentarios:

  1. jajajajaja sería un poco raro que Bella tuviera una nieta si hace poco tiempo que tiene una hija ...

    me encantó, como siempre
    xx

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  2. woooowwwwwwwwwwww

    me fasino... de verdad ke me encanta como escribes,,,
    no awanto pot lo ke siegue...

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  3. suuuuupeer!!!!!!!!!!!!


    Ya quiero maaas! jajaja! Muchas Gracias!

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  4. me encanto!!1 super sweet la relacion de renesme con bella!! me ancanta que se cuenten todo fuera muy bueno que se kedaran en forks un rato !
    en fin ya kiero leer mas!

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  5. esta estupendo completamente magnifico ya tengo ganas de leer el que sige

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  6. Hooola!!
    sigo todo lo que escribes!! me encanta!! gracias por hacer que esta historia no acabe, me kede un poco triste al acabar los 4 libros.
    saludos desde valencia (españa)

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  7. Holi de nuevo ya pude leer el capi, gracias, debio haber sido algo de mi maq.
    Y la verdad cada capitulo me impresiona más tienes un enorme talento!!
    GRACIAS

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  8. me aparece q colgastes uno nuevo, q se llama "La Fiesta" pero al darle me sale en blanco........ es cosa de mi PC? :(

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  9. Hola!! Al parecer, hay algun problemilla con Blogger y a veces aparecen en blanco los capis. Cuando pasa esto, a mi lo que me ha funcionado es ir directamente al capítulo por medio del índice que está a la derecha.
    Espero que este tip les sirva
    Saluditos!!

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